CAPÍTULO 15

1.8K 191 5
                                    

4/10


Becky

Por fin pude llegar a la oficina de mi jefe, la cual era hermosa, amplia y con un ventanal que cubría toda la pared que estaba tras el escritorio. Me gustaba más esta oficina que la de Freen, la cual era más hermética, aunque también era muy conveniente, dados los cachondos encuentros que teníamos.

- Bienvenida, Becky —me dijo él levantándose y caminando hacia mí para estrecharme la mano.

- Muchas gracias, señor Vorrakittikun -respondí con una sonrisa.

- Soy un hombre al que le gusta que las cosas se hagan bien, soy exigente y necesito un trabajo impecable —me recordó y yo asentí—. Sin embargo, comprendo tu estado, así que no seré tan duro contigo, en realidad, no soy tan duro con nadie, pero me gusta la puntualidad, que se aprovechen bien los días de trabajo.

- Estoy más que lista, no se preocupe -aseguré-. De verdad, muchísimas gracias por darme la oportunidad de trabajar aquí, no sabe lo que significa para mí.

- Soy yo quien te lo agradece. No entiendo tus motivos para abandonar a mi mayor competencia, pero ten por seguro que sabré aprovechar al máximo tus capacidades en finanzas y, como mi asistente, aprenderás mucho más. El día que te ascienda estarás más familiarizada con todo esto.

«Oh, Dios mío»

El señor Vorrakittikun regresó a su silla y me indico con un gesto que me sentara. Lo hice y coloqué mis cosas sobre mi regazo, dudando si decirle o no sobre la escena que su hija me hizo pasar.

- Si tienes alguna inquietud puedes decírmelo con confianza —me instó—. Por tu cara, veo que quieres decir algo.

- Eh... sí, es usted buen observador —respondí—. En el ascensor me encontré con su hija

- -Oh, no -dijo preocupado y frunciendo el ceño—. ¿Te hizo algo? -Se me insinuó y, sinceramente, no estoy cómoda con eso. No me interesa meterme en problemas. Mi prioridad es mi hijo, mi familia y mi carrera, yo vengo aquí a trabajar. -Me parece excelente que me notifiques la situación. Voy a ponerle un alto.

«Ojalá le congelen las tarjetas, así aprende a dejar de acosar», pensé con satisfacción. Tal vez me pudo haber acalorado un poquito, puesto que llevaba varios días sin nada de nada, pero no permitiría que arruinara mi trabajo, mi imagen profesional.

- Gracias, señor.

- Eres valiente, casi ninguna de las chicas que ella acosa me lo hace saber.

- No quiero hablar mal de ellas, sus motivos tendrán. -Me encogí de hombros-. Pero yo quiero crecer de manera profesional y vengo a hacer mi trabajo. Confió en que usted es un buen hombre y un jefe justo, que no va a dejar que la situación se repita.

- Tú también eres buena observadora, exactamente eso haré. No voy a permitir que mi descarriada hija te moleste más. Puedes estar tranquila.

Luego de aquella aclaratoria conversación pasamos a los pendientes del día, que no eran demasiados, pero si debía hacer un par de llamadas, ya que se haría una reunión con algunos socios. La reunión de fin de mes se había adelantado, puesto que algunos de los socios tenían compromisos ineludibles. Más de uno tenía empresas independientes que tenían convenios con TecVorraki, cosa que me resultaba fascinante.

Anoté todos los pendientes con rapidez y me aprendí la manera en que él quería el café

Mi jefe me aseguro que eso no era parte de mi trabajo, pero yo me ofrecí. Nada me costaba prepararlo.

Castigando a mamá | FreenBecky G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora