Freen
Todavía me sentía mal por haber pensado lo que pensé mientras me comía los pechos de mi novia, de la cual estaba muy enamorada. Kanya era perfecta, tanto por dentro como por fuera; Me hacía sentir joven y era todo un desafío para mí hacer cosas con ella.
No obstante, cuando vi sus pechos, no pude evitar compararlos con los de mi secretaria, mi ex amante favorito, con la que mantenía una cierta exclusividad desde que comenzamos porque no me apetecía hacerlo con otra hasta que llegó mi futura prometida.
Becky no tenía unos pechos naturales, ella me lo había confesado, aunque tenían una caída preciosa que las hacía parecer así. Pero eso no era lo que más me gustaba, sino que sus pezones y aureolas eran lo más hermoso de todo el mundo, parecían dos tiernos botones que se levantaban ante mi tacto y eran tan suaves que podría estar todo el día jugando con estos en mi. . boca. En cambio, los de Kanya eran extraños, planos y casi no conseguí que se irguieran.
Mentiría si dijera que no me excité teniéndola así, pero las comparaciones no abandonaron mi mente y casi se me escapó el nombre de Becky durante el acto, ya que pensaba en sus pezones.
Estaba muy acostumbrada a esa pelirroja atrevida, me costaba horrores no tocarla o pedirle que viniera para cogérmela.
- ¿Ya terminaste? —le preguntó a mi bonita novia mientras la abrazaba por detrás. Ella se estremeció y volteó a verme.
- Sí, mi amor -contestó con una sonrisa hermosa, esa que me tenía en las nubes por su inocencia.
Ya tenía ganas de terminar lo que habíamos empezado en la oficina. Sabía que no cedería hasta el matrimonio, así que debía hacer esto lo más rápido posible.
Hoy era el día, ya tenía todo preparado.
- Quiero que me acompañes esta noche a un lugar especial. Te pondrás ese vestido que envié a tu casa y pasaré por ti a las ocho, ¿de acuerdo?
- Eh, yo...
- ¿Qué ocurre?
- No haremos nada extraño, ¿o sí? -cuestionó.
- No, te llevaré a cenar y luego a tu casa -le aseguré, aunque tenía la esperanza de poder convencerla cuando viera el anillo en su dedo.
- Está bien, entonces acepto, mi amor -respondió. Ambas nos despedimos de los demás empleados que quedaban en las oficinas de recursos humanos y nos fuimos rumbo al estacionamiento, donde le abrí la puerta del auto como la dama que era.
Kanya se merecía todo mi amor y mis buenos tratos, no podía creer aún que me correspondiera, que me dijera que sí, cosa que me tenía emocionada, pero a la vez vivía con un sentimiento de culpa y no sabía por qué. Era como si dejara atrás algo muy importante, algo que extrañaría con locura una vez que me casara con Kanya.
Ignoré el pensamiento y conduje hasta la casa de mi novia, a la cual no quería entrar. Me daba un poco de repelús conocer a mis suegros ahora. Lo haría después de pedirle matrimonio, así no corría el riesgo de ser tratada como una tipa que se aprovecharía de ella
Me despedí de Kanya con un beso que a ambas nos dejó atontadas y me retiré a mi Penthouse, un lugar que tendría que vender, ya que no me parecía justo traer a vivir a mi futura prometida a donde muchas veces me cogí a Becky. A ninguna otra la traje aquí, solo a ella y vaya con las cosas que hicimos aquí.
En ese instante entendí que era mi secretaria la que me hacía tener ese sentimiento incómodo. Todavía no me podía sacar de la cabeza el por qué se lo tomaba con tanta naturalidad y desapego. A mí, que fui quien aclaró desde un inicio que nada de apegos, me estaba costando acoplarme, no entendía por qué ella actuaba como si nada.
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Castigando a mamá | FreenBecky G!P
FanfictionFreen Chankimha es todo lo que una empresaria del siglo XXI quiere ser: dueña de una prestigiosa empresa de tecnología, arrogante, atractiva y llena de mujeres a su alrededor para satisfacer sus placeres carnales, entre estas yo. Soy la amante perfe...