CAPITULO 17

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Becky

Irin se mostró muy preocupada por todo lo que le conté sobre ese hombre y me imploró que tuviera cuidado, que no bajara la guardia y que me acompañaría hasta mi trabajo. Yo le pedí que no lo hiciera, puesto que no había motivos para preocuparnos por ese hombre, ya que nada le habíamos hecho.

Por suerte, logré tranquilizarla y convencerla de que no dijera nada a nuestro hermano, mucho menos a mi padre. Si bien, este ya estaba un poco mejor, una cosa así no la resistiría. El doctor había advertido que nada de fuertes impresiones y, aunque él era un hombre con temple, la seguridad de nuestra familia era su principal preocupación.

Durante la noche volví a dudar sobre si decirle o no a Freen acerca de nuestro hijo.

Por una parte, ella tenía derecho a saberlo y poder decidir si formar parte de la vida de bichito o no; pero, por la otra, le tenía mucho miedo a ese sujeto misterioso, que parecía tener relación con la familia Chankimha.

«No, Becky, no, sé racional, no puedes dejar de hablar con Freen por eso, por el contrario, puede cuidarlo»; me susurró mi conciencia y respiré profundo, tratando de no hacer ruido y no despertar a Irin.

"Mañana iré al club WhiteCastle con mi jefe. Nos vemos ahí porque quiero hablar contigo", escribí el mensaje, pero lo borré de inmediato. No, no podía verla allí, pues iría a trabajar.

No me parecía adecuado informarle del embarazo justo frente a mi jefe, eso sería de pésimo gusto y educación.

No sabía qué palabras emplearía para decir que estaba embarazada, pero que eso no cambiaba las cosas ni que pretendía obtener algo con ello. Era muy difícil no parecer una caza fortunas con una noticia de semejante calibre. Había visto demasiadas situaciones durante mi vida y en la televisión: la amante se embarazaba para retener al hombre que amaba o mujer... al final, todo se descubría y ella quedaba jodida.

Y yo no era eso, solo fui una amante que no tuvo cuidado con sus anticonceptivos.

Detestaba la hora de dormir cuando algo me preocupaba, ya que no podía descansar con tranquilidad. Era muy infantil de mi parte darle tantas vueltas al asunto -y tantas vueltas en la cama- para tratar de no verme como una trepadora. Al fin y al cabo, Freen me daría su respuesta, fuese la que fuese. Mi manera de decírselo no cambiaría nada, yo solo se lo tenía que informar y ya.

Solo esperaba que no me pidiera abortar, que no me persiguiera para que lo hiciera. De ser así, tenía claro que hasta la denunciaría por hostigamiento, sin embargo, no quería pasar por un proceso tan engorroso, suficiente tenía con las náuseas y demás síntomas

que tenía todo el día.

¡Mis botones de gomita dolían como la puta madre!

[=]

Para acabar de mejorar las cosas -Sí, sí, sarcasmo puro-, amanecí vomitando hasta mi propio espíritu. No podía levantar la cabeza del escusado sin volver a tener otra arcada más fuerte que la anterior. Ya ni siquiera me salía bilis, lo que era una mala señal.

¡¿Qué chuchas quería sacar mi estómago?!

- Ay, caramba, nunca quisiera embarazarme. -Escuché decir a Billy a través de la vídeo llamada que mi hermana estaba haciendo con él en la puerta del baño. Yo los quería matar a ambos por ponerse a chismear y no ayudarme a controlar esto.

- Ya sé que no te has enterado, pero tienes pene, mi amor - se río Irin.

- ¿Querrían d-dejar d-de...? -No pude completar la frase porque otra arcada me azotó el cuerpo. Esta vez salió un poco de agua-. Jédanse, que les den.

Castigando a mamá | FreenBecky G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora