CAPÍTULO 16

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Freen

"No te aseguro que me vayas a recuperar", esas palabras no abandonaban mi mente mientras conducía hacia la casa de Becky. Esta por lo menos había accedido a que la llevara a casa, lo que veía como un avance. No obstante, estaba preocupada, ya que ella

parecía hablar en serio.

- ¿Vas a seguir con esa tontería de trabajar para Vorrakittikun? -refunfuñe sin despegar la vista de la carretera.

- ¿Tontería? Tengo que trabajar, mis cuentas no se pagan solas. -Resopló-. Yo no tengo una empresa y una familia millonaria como la señora aquí presente.

La miré por un segundo y entorné los ojos.

- Sabes que yo te lo podría dar todo, que no necesitas...

- Ah, no, esto no solo lo hago por comer, porque por ese lado estamos cubiertos con el salario de mis hermanos —me aclaró—. Yo quiero desarrollarme en las finanzas.

- Sí, claro, siendo asistente de ese cabrón. — Bufé.

- Por algo se empieza, pronto ascenderé. Ese buen hombre no es como tú, no me va a retener como su secretaria para siempre.

- Eso es lo que crees —mascullé—. ¿Y qué pasa si no? Tal vez ese hombre te quiera como amante.

- No todos son como tú -replicó, lo cual fue un golpe bajo que dolió.

- Yo te quiero como todo, Becky. Hablemos, por favor...

- No, no ahora, solo cállate y conduce —me pidió consternada y sujetándose a la agarradera.

-Como órdenes. -Suspiré—. Pero no me voy a rendir, yo voy a recuperarte al costo que sea.

- Pues será a uno muy alto porque contigo yo no caigo tan fácil otra vez. Primero me arranco un implante.

- Sería muy excitante ver cómo lo intentas, así vería tus hermosos pezones de nuevo - dije excitada—. Mierda, no paro de pensar en ellos.

- Ah, sí, son lindos —dijo alzándose la blusa para mostrarlos.

- Becky, por Dios, ¿qué estás haciendo? -jadeé y vi cómo se los retorcía. De un momento a otro, mi pene ya no cabía dentro de mí pantalón.

- Sí, son bellos, ¿no? Lástima que los has perdido.

- Ah, no, esos botones de gomita son míos, míos y de nadie más. Ni siquiera son tuyos, Becky Armstrong.

- Ja, en tus sueños...

- En mis sueños esos botones y todo lo demás es mío. En la vida real también, solo que soy una dama y no voy a arrancarte la ropa tal y como quiero, no te voy a empotrar contra cualquier pared y cogerte como ambas queremos que te coja.

- Tú serás la única que querrá, yo no lo necesito —dijo con petulancia mientras se guardaba a mis preciosos pechos-. Mujeres sobran, cariño, también juguetes sexuales.

- Nadie es como yo, nadie te conoce como yo -dije muy segura-. Tú nunca vas a volver a estar con otra, ¿me entiendes?

- Sí, sí, sí eso te hace sentir mejor, imagínalo, bebé, no tengo problemas. Soy tan buena persona que te dejo fantasear con esa estupidez. -Sonrió, lo que me llenó de más rabia.

- Voy a vigilarte y no dejaré que...

- Ay, no, otro señor Dagger —murmuró por lo bajo, cosa que me tensionó todo el cuerpo y evaporó mi excitación—. Eso de la vigilancia no me va y lo sabes...

Castigando a mamá | FreenBecky G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora