Me siento una sonámbula completamente despierta, sueño con
tenerte y entre tantos sueños sigo buscándote a ti y a la segunda
oportunidad. Es difícil avanzar en esta tarea, me siento sedienta
de tus lindas palabras y lo único que haces es darme la espalda mientras
yo sigo atando hilos que vas cortando entre nuestra comunicación.
¿Que está pasando? No logro comprenderlo, realmente me haces
daño y aún así aquí te quiero, cuanto más te vas negando haces que mi
esfuerzo se vaya agrandando porque de alguna forma quiere demostrarte
que no es algo desvalido. No es fácil seguir así, siento que mi cuerpo
ya no tiene ganas de estar en este lugar.
A veces nuestras propias jugadas apuestan en nuestra contra y esta
definitivamente no la veía venir, deseaba que pudieras crecer y que te
quisieras a ti mismo, pero precisamente no me refería a que te olvidara
de mí. La peor parte de la historia es cuando sabes que es lo mejor para
ti y que debes hacer para lograrlo y aún así negarte a esa idea solo por
seguir amando un pasado hecho pedazos. En esta vida no soy la única
que vuela paredes en llamas, no me hagas recordarte las desgracias.
Intento dormir y es lo más vano, veo como el cielo aclarece mientras tu
imagen sigue fija en mi mente, hago planes de lo que haré para seguir con
este extraño objetivo de algún día volver a tenerte al lado mío. Es enfermizo
y es psicótico, amo con mis fuerzas y ellas mismas me despedazan y me
desmiembran, desearía seguir sin esta interminable agonía de lo que
hubiera pasado aún si no te tuviera con vida.
Solo cuídate y siente los pedazos que se me van cayendo, te quiero.
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Las flores que nunca me diste | Cartas regadas
KurzgeschichtenDicen que los poemas son marcas de las cicatrices de nuestros recuerdos profundos, de quienes sienten profundo, y puedo confirmar que lo es. Esto no es motivo de soñar, es una forma de desahogo. No todo será relacionado a una persona en concreto, so...