Ausencia - Carta

3 2 0
                                    

A veces de tanto aborrecer lo que has hecho termino haciendo lo contrario, no sé 

si es normal, pero no me gusta. Ya te has ido y ya no estás, ya me fui y ya no estoy. 

Aun así, suelo pensar muchas cosas que pasaron o qué dirás de cualquier cosa 

que esté haciendo e incluso pensando, y todo transcurre en eso así ya no me 

interese lo que digas, lo que piensas, lo que oigas, o lo que se te ocurra 

por más que dañe y sane.


He pensado con toda la pesadez de mis pensamientos y de mi cuerpo si realmente

 la decisión será mi mejor carta en la mesa, no te negaré lo feliz que me siento 

ahora aunque cada cosa que ganes implique perder algo así lo amaras 

igual que lo actual. Estas palabras melancólicas no borrarán las cosas que hiciste, 

no lo haré, pero igual estas palabras suelen echarte de menos.


Me pregunto si vale la pena confiar en las personas, me gusta entregar mi corazón 

y a ti te lo entregaba así quemarlo fuera el siguiente movimiento, así no estuvieras

 ayudándome a coser tus cortadas ni a explicarme ninguna de las gotas derramadas, 

que así fueran necesitaban aún de ti. Las promesas que nos hicimos se deben tachar, 

también prometimos ser la pareja ideal y creo que hasta lo echó a perder porque

 ahora somos los desconocidos que solían contarse hasta los lunares 

de vez en cuando y de cuando en vez.


Te echo de menos y a veces te necesito, solo debo correr hacia tu casa

 y que hablemos una vez más, no me cierres la puerta en la cara 

o me pondré a llorar de nuevo. No te preocupes, no haré nada que me haga 

marchitar mis flores de nuevo, así como cuando se marchitaban cuando 

intentaba florecer las tuyas. 


Solo cuídate y riega tus flores, te quiero un poco (un poco más cerca).

Las flores que nunca me diste | Cartas regadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora