Volver - Carta

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El vacío me crea un hoyo sin fondo precisamente vacío, 

pero está vacío de ti. No sé como tomarme esta rutina de extrañar 

una relación extraña y tóxica a la vez, ya no soy yo quien lidera 

mis movimientos, ellos mismos batallan con mi poca fuerza para

 poder vivir. Me falta algo y sé que eres tú, el tiempo lo va confirmando 

aunque las sobras me confirmen que no hay nada que esperar.


Estamos en esa faceta donde vuelvo a armar mis piezas deconstruidas

 en lágrimas, ya no hay sentido porque he perdido por completa mi 

razón tratando de sanar estas cortadas volátiles de tu daga. No debo ni

 quiero hacer esto, pero siento que lo necesito porque de alguna forma

 no me había permitido extrañarte de esta cruel forma, por más

 descabellado suene así no encuentre aún la luz aunque esta oscuridad

 perpetua me lleve a los puntos más siniestros de necesitarte aquí a

 mi lado y no lo comprendo, si nos hicimos tanto daño.


Ya no quieres saber ni de mi cara, has dicho que habías olvidado mi voz 

pero yo aún me sé tus lados más finos y cuantos lunares habitan en tu

 espalda. No necesito implorarte pero es escandaloso no expresar lo que 

mi cerebro grita por ti aunque ya no lo creas. Vives recordando como si 

fuera un crimen, no quites las evidencias de que estuve para que jamás

 me olvides y que mi esencia sigue plagada con todas las formas en que 

te he ayudado y aconsejado, quiero que sepas que quiero seguir haciéndolo.


Quiero que vuelvas a mí, no te arrepientas de lo que digas porque lo bueno 

de tus palabras es que las puedo escuchar, así ellas me lastimen y me fulminen, 

así ella solo hace que las horas se burlen de como las pierdo. Si estás a mi lado 

quédate en silencio, podré escuchar tu pulso a menos que para mí ya no haya 

sobrevivientes en la historia de ambos, quiero volver a estar contigo. Este giro 

no era de esperarse, pero quería verte feliz y ya te diste cuenta de cosas que 

conmigo no aprendiste a ser, ahora me voy marchitando observándote florecer.


Solo cuídate y deja de doler, me estás doliendo.

Las flores que nunca me diste | Cartas regadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora