Intentos - Carta

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Me he estado sintiendo mucho mejor, las veces que caigo las asemejo

 con mi ciclo menstrual y no porque quiera seguir teniéndote aquí, 

aunque suelen haber ocasiones que no son así. Es perplejo como pienso 

en los años pasados, pero ya son años que se llevaron personas que

 dolían, porque si no seguirían en mi vida, incluyéndote. De alguna forma 

sus crueles lecciones me enseñan como no debo transformarme y como

 debemos dar pasos a actos puros por más dolor nos generen la falta 

de reciprocidad. Parece más una carta mía que nuestra

pero esta lección la tomo gracias a ti.


Ya no te pienso a cada instante, he progresado incluso bastante y me 

siento conforme a mi proceso, no es igual al resto ni fue tan rápido como

 tu lo hiciste, pero me enseñó que solo yo tenía que ponerme de pie en

 esto sin retroceder, te amaré siempre y sin retroceder. A veces llegas a 

la bandeja nuevamente, y no quiero que ejecutes lo que tengas en 

mente porque sé las razones por las que me escribes y tus deseos 

de a veces herirme con lo que dices los aplasto mi esquivos.  

Te estás yendo queriendo recordarme siempre quien fuiste en mi vida, no basta 

solamente pronunciando tu apellido que una vez a una flor imaginaria 

la machacaste con un martillo y fueron mis dedos quienes salieron heridos, 

pues esas eran la paradoja de las flores que nunca me diste.


Quizá seas la mayor pérdida de mi vida, son las cosas que no te 

cuentan que sufrirás, ahora estoy feliz haciendo cosas por mi cuenta 

y soy cómoda como estoy y con lo que me puedo autoregalar. No 

sabes cuanto deseo que te quede algo de mí, no te puedes ir sin haber

 aprendido un poco y ese poco fue parte de las cosas que pensaba 

que eras pero era yo quien intentaba pegar vidrios rotos, ya curé la 

cortada aunque arde cuando le rosa las llamas.


Solo cuídate y si, solo cuídate.


Las flores que nunca me diste | Cartas regadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora