29 de febrero es un día caótico, lleno de improbables opciones y de acciones imposibles, ese día es especialmente raro y anormal, y es el día que Paiza vive su cumpleaños número 13.
MUNDO ALTERNO:
SEBAS: Eso no tiene sentido, matemáticamente es imposible porque cada cuatro años tiene 29 de febrero, eso debería ser en el cumpleaños número 12.
PAIZA: Sí, pero en este mundo siempre existe el 29 de febrero, pero marzo se salta del 26 al 28 para compensarlo.
SEBAS: Eso tiene menos sentido.
CÓMIC:
Paiza está feliz en su asiento, normalmente sus cumpleaños están plagados de mala suerte pero él tiene la esperanza de que hoy sea diferente, y también le gusta ser el centro de atención.
—Hoy uno de sus compañeros cumple años hoy.— Dice el tutor entrando al salón. —Pero como olvidé quien es ignoren que dije eso.—
—Yo no me olvidé.— Dice Sol dando un regalo a Paiza. —Feliz cumpleaños.—
Paiza se emociona al abrirlo, es un peluche de un pato y emocionado lo conserva.
—Hasta ahora es el mejor regalo de lo que intuyo será el mejor día.— Responde Paiza agradecido. —En la salida me recibirá Brenda, mi novia... Supongo; de ahí caminaré por la calle admirando el cielo con calma hasta llegar a mi casa y no ser molestado por nadie.—
Al salón entra la maestra de matemáticas a explicar el tema sobre leyes de probabilidad, Paiza ignora completamente el tema, al terminar las clases Paiza va al baño pero para su mala suerte no hay agua y sale con las manos sucias, al ver a Brenda corre por un poco de su atención pero ella seriamente lo toma de la mano.
—Debo confesarte algo, mi mejor amigo me pidió que fuera su novia y no podía decirle que no a mi amigo de toda la vida.— Dice Brenda con una tristeza fingida. —Espero que puedas entender que ya no podemos estar juntos.—
—Entiendo, es una explicación muy comprensible.— Responde Paiza con sarcasmo quien se va de ahí sin más.
Al caminar rumbo a su casa casi es atropellado, por su descuido cae en un callejón peligroso donde un delincuente le quita su dinero y sus zapatos, al salir de ahí un perro lo ataca y a Paiza le aterran los peros, por lo que sale corriendo rápidamente hasta perderse con calor y sed.
—No diré que podría empeorar porque en las películas siempre empeora todo cuando lo dicen.— Menciona Paiza, al decir su frase ve caer una tormenta sobre él.
La tarde va pasando y al llegar a su casa se da cuenta que ha perdido sus llaves y no hay nadie dentro para ayudarlo a entrar, caminando un rato lamentando su existencia se percata de una para de conejo sucia entre el lodo, Paiza la recoge e inmediatamente el clima cambia a uno soleado y bello. Paiza piensa en que esa pata de conejo podría darle buena suerte, así que le avisa a Sol y a Jack que deben verse en la plaza del pueblo.
—De hecho íbamos a estar aquí de todas formas.— Dice Sol apareciendo de repente con Jack.
—Si funciona, que buena suerte.— Responde Paiza emocionado.
Ambas se miran preocupadas al ver que Paiza camina por la calle sin miedo a ser atropellado causando caos a su paso.
—¡Qué diablos haces imbécil!— Exclama Sol preocupada.
Paiza extiende sus manos para recibir un pastel que cayó desde un avión y comienza a explicar que el universo le ha dado un día de buena suerte como regalo.
—¿No crees que sea peligroso jugar con fuerzas desconocidas?— Pregunta Sol. —No sabemos las consecuencias que eso puede traer a la realidad.—
—Tranquila, no es como que valla a borrar o cambiar algo importante.— Responde Paiza mientras a lo lejos Huevo sufre una racha de mala suerte que lo termina matando.
Paiza coloca una mesa en plena calle y utiliza gorros de fiesta para sus amigas ya que él quiere un verdadero buen cumpleaños. En esa misma avenida iba un camión de dulces que termina chocando y causa que sus dulces caigan en todas partes como piñata recién reventada.
—¡Lo ven, es perfecto!— Exclama Paiza contento.
Todo iba a la perfección con Paiza quien disfrutaba de su día hasta que a lo lejos ve acercarse a la maestra de matemáticas preocupada por lo que pueda causar a la realidad.
—¡Detengan todo!— Exclama la maestra. —¡La ley de probabilidad ha sido alterada, lo improbable se vuelve probable y lo común se vuelve raro!—
—Lo lamento pero no podemos hacer nada.— Responde Paiza indiferente.
La maestra le pide a Jack y a Sol que atrapen a Paiza para que deje de dañar la tela de la realidad, Paiza huye haciendo uso de su buena suerte. Jack saca un trozo de carne de su bolsa para atraer perros y detener a Paiza pero para su mala suerte esos perros eran alérgicos a la carne... Sol entra por un callejón para acortar camino y sorprender a Paiza pero al atacar lo confunde con alguien parecido a él.
—Que suerte que tengo al guión de mi lado, a veces ser el protagonista de un cómic es tan fácil.— Responde Paiza despreocupado.
La maestra lo ataca por detrás pero para su buena suerte es tan pesado que lastima la espalda de la maestra permitiendo escapar.
—No seas egoísta.— Dice Sol cansada. —¿En serio prefieres que el mundo caiga en caso solo para tener tu día feliz?—
—No lo entienden, toda mi vida he deseado un cumpleaños normal y alegre, pero siempre tengo mala suerte esos días y de verdad empezaba a odiar mi cumpleaños.— Responde Paiza con ojos tristes. —Al menos solo por hoy quería saber lo que es tener un buen cumpleaños.—
Paiza logra conmover a la maestra y a sus amigas con su manipulación tan ruin y así se permite provocar el caos durante todo el día, se rien con un payaso asesino, matan accidentalmente a un indigente en un truco de magia y despiden el día con fuegos artificiales provocado por el tiroteo de unos narcotraficantes.
—Fué un lindo día, muchas gracias.— Dice Paiza despidiéndose de sus amigas.
—No te preocupes, sabes que con nosotras no volverás a tener un triste cumpleaños.— Responde Sol mientras Jack hace un corazón con las manos.
A la mañana siguiente Paiza despierta en una soleada mañana de 01 de Marzo, ya no está la pata de conejo pero se siente feliz de poder disfrutar su cumpleaños.
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Cómic
HumorPaiza es un chico común de secundaria, solo se preocupa por cosas simples de la pubertad como enamorarse o tener amigos, pero sin darse cuenta se meterá en aventuras absurdas y extrañas, tan irreales como si se tratara de una historia de ficción.