Cap.32 Zona de Alto Riesgo

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Como cada año, en el pueblo siempre hay feria cerca del cumpleaños de Sol, los chicos van un día después de su cumpleaños pues ese día no se presentarán lluvias y es mejor evitar lo que sucedió la última vez.

—Un día de feria en pareja, sólo tú y yo, sin Paiza, ni nadie que nos moleste.— Dice Carlos abrazando a Sol sin saber que serían interrumpidos por Paiza y Marina quienes llegan tomados de la mano.

—¡Ya estamos aquí!— Exclama Paiza saludando a Sol de forma especial en la que solo ambos saben mientras Carlos observa un poco celoso.

Helen aparece en escena y una vez reunidos los cinco van a disfrutar de las maravillas de la feria sin máquinas que cobren vida. Van a los juegos de destreza y Paiza resulta ser pésimo en tiro al blanco, gana un peluche horrible que ni Marina quiere y mejor se lo da a Sol, cosa que Carlos ve con celos ocasionando que algo quiera salir de su boca sin darle mucha importancia; compran comida pero a Sol se le cae su pizza, Paiza después de burlarse decide regalarle su comida a su hermanita, causando más molestias en Carlos.

—¿Crees que pueda estar con mi novia?— Carlos aleja a Sol de Paiza de forma posesiva.

Los chicos observan desconcertados la escena, Sol no se siente cómoda con la actitud de Carlos y lo empuja.

—¿Qué se supone que haces?— Pregunta Sol disgustada.

—Nada, solo quiero pasar tiempo con mi linda novia, es todo.— Responde Carlos triste conmoviendo a Sol.

Una vez arreglado todo continúa la diversión, Paiza toma del brazo a Sol como siempre pero Carlos harto empuja a Paiza para que no se acerque más a ella.

—¿Qué te pasa animal?— Paiza se levanta molesto.

—¡Subamos a los juegos!— Exclama Helen interrumpiendo lo que pudo ser una pelea.

En los carritos chocones los chicos disfrutan del juego mientras Carlos se pone muy a la defensiva en contra de Paiza, mientras más demuestra sus celos un gas tóxico intenta salir de su boca pero es reprimido pues Carlos no quiere quedar mal frente a Sol. Paiza también contraataca los impactos de Carlos.

—Mejor probemos con otro juego.— Dice Marina sugiriendo subirse a la rueda de la fortuna.

Cada pareja y Helen se suben a una cabina respectiva, Marina y Paiza disfrutan de la vista, Helen disfruta de su amor propio y Carlos aprovecha la ausencia de los demás para poner a Sol en contra de Paiza.

—No entiendo cómo es que sigues siendo amiga de alguien que te vendería por una manzana.— Dice Carlos metiendo cizaña.

—Es más que un amigo, la confianza entre él y yo es como la de una hermandad.— Responde Sol sospechando de Carlos. —¿No querrás hacerme escoger?—

Carlos se queda callado durante todas las vueltas de la ruleta, al bajar los chicos ven un nuevo juego llamado "Licua Huesos" que da vueltas inhumanamente rápidas.

—¡Subamos a ese!— Exclama Sol mientras los demás aceptan, a excepción de Carlos.

—No sé, parece un poco peligroso.— Responde Carlos asustado.

—Nadie te está obligando, si no quieres venir es tu problema.— Contesta Paiza maliciosamente.

Sol piensa un momento sobre si debería olvidarse de subirse al juego por Carlos, pero sus amigos la meten para que los cuatro disfruten. Carlos sólo puede ver a Sol divertirse junto a Paiza.

—¡No lo tolero!— Exclama Carlos mientras el gas que sale de su boca se vuelve más intenso. —¡Ese idiota no debe estar cerca de mi Sol!—

El juego termina y los chicos salen mareados y felices, Paiza y Sol chocan y Carlos simplemente ya no puede aguantar más, el gas tóxico que hay en él es tanto que se libera en toda la feria ahuyentando a todas las personas quienes dejan la zona sola.

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