Sábado de información.

182 4 0
                                    

—Aquí tienes —Matteo lanzó la carpeta sobre la mesa de centro frente al sofá en que Neilan estaba sentado—. Todo está allí —se tiró en el largo sillón de piel a la derecha del subjefe, liberando un suspiro. Ese pequeño trabajo lo desveló por dos días.

Neilan tomó el grueso montón de papeles y empezó a hojear, leyendo con extrema atención la historia de Angela: su acta de nacimiento, récord académico, línea cronológica de todos los casos de su carrera, historial médico, todo. Se sintió muy impresionado a medida leía los logros profesionales de la señorita Demontis, mucho más al enterarse de su patrimonio personal. Pero se detuvo con mayor interés en una hoja especial, la que resumía las relaciones románticas que había tenido desde la adolescencia hasta ese año.

Matteo observaba a su primo con la nariz metida entre esos papeles, sintiéndo una gran confusión. Le llamó en plena madrugada, dándole un nombre y una orden sencilla; y no le hubiera sorprendido eso si se tratara de cualquier otro individuo, pero Angela Demontis no era cualquiera. Jamás le había pedido investigar a una persona que no tuviera cuentas pendientes con la familia. Un sólo motivo le parecía lógico para explicar este suceso.

—¿Te gusta? —preguntó en voz alta su sospecha. Neilan dió un respingo en su sitio y alzó la vista de la carpeta, mirándolo indiferente—. ¿Qué? ¿o planeas matarla?.

—No pienso matarla. No ha hecho nada contra la familia, al contrario...—murmuró volviendo la vista a las páginas.

—¿Entonces? —se levantó con intensión de servirse una copa para despertarse un poco—. No puedes simplemente dejarme con la duda. Me pides que investigue a una mujer y no me dices la razón, y eso es raro, porque siempre me dices las mierdas que hacen para jodernos. Si te gusta está bien, no puedo juzgar tu gusto, es una mujer hermosa —admitió, parado en el centro de la habitación bebiendo directo de la botella.

—Este resumen —habló Neilan finalmente, ignorando el discurso de su primo—. ¿Es fiable?.

—Claro que lo es, ¿por qué preguntas?.

—Dice que salió con Ferrante —respondió con cierta molestia en la voz.

—Salieron, un par de veces, ella lo dejó, aparentemente en malos términos —el subjefe frunció el ceño, su rostro expresaba evidente enojo, lo que hizo reír a Matteo—. No pensé que te molestara el pasado de una mujer. Si te sirve de consuelo, Ferrante es el único de tus "amigos" con el que se ha relacionado.

Lorenzo Ferrante era hijo de otra de las cinco familias, y rival eterno de Neilan. Desde niños, sus personalidades simplemente chocaron, y eso no había cambiado con el paso del tiempo. No se toleraban, ambos lo sabían, pero mantenían un trato formal por cuestiones de negocios. A la aversión que Neilan sentía por Lorenzo ahora se sumaba el peso de que este hubiera salido con Angela.

—¿Qué hay de los demás?

—Meh, algunas citas, relaciones fugaces, pretendientes que no se rendían... Tu chica parece difícil de impresionar, ninguno duró más de un mes. No ha tenido una relación larga con nadie.

—¿Sabes los motivos?.

—La excusa estrella es trabajo. "No tengo tiempo para una relación" "no puedo salir, tengo cita en la corte" "no funcionará por mi trabajo", esas son las amables, porque a los que no entienden a la primera... sólo diré que tiene talento para insultar —Neilan sabía eso muy bien, una sonrisa tiró de sus labios, tan rapido que Matteo no lo vió—. Desde su última cita hace casi un año no ha salido con nadie. Y eso que la invitan, eh, y seguido —soltó sólo para molestar un poco a su primo, lo escuchó chasquear la lengua.

Neilan hizo la carpeta a un lado para quitarse el saco y la corbata, más cómodo, se recostó en el respaldo del sofá y, cruzando informalmente la pierna, retomó su lectura. Matteo atestiguó todo con diversión y sorpresa mezcladas en una sonrisa.

Angela ● abogada de la Mafia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora