Extraño.
Así se sentía Neilan esa mañana brillante al encontrarse despierto en una cama rosa, bajo frazadas sedosas del mismo color, junto a una mujer que dormía profundamente acurrucada contra su cuerpo.
Extraño, el tipo de "extraño" que era como acercar las manos a una fogata en una noche fría, o cubrirse con un abrigo grueso en pleno invierno, o entrar a una casa cálida cuando una tormenta caía en el exterior. Era algo que no podía explicarse en palabras, sino que debía evocarse con los sentidos.
Siempre despertaba temprano, cuando el sol aún ascendía con su luz débil por el plano celeste, preparando su calor para iluminar el punto medio de la tarde con rayos ardientes. Su reloj corporal era inalterable; abrió los ojos a la misma hora, pero no lo recibió el techo oscuro de su casa, ni el entorno acostumbrado de su habitación, ni la soledad usual de sus mañanas... todo lo contrario.
La mayor variación en su rutina matutina estaba acostada a su lado. La respiración regular de Angela era una brisa sutil sobre su piel; tenía la mejilla pegada a su pecho, el brazo rodeando su torso y la pierna enredada a su muslo. Aparentemente él era la rama de un árbol y ella un koala, o al menos así se sentía.
No se quejaba, la curva en su rostro denotaba lo opuesto a una queja. Después de todo, él era culpable de la cercanía de sus cuerpos.
En realidad Angela no había amanecido en esa posición; sí abrazaba algo mientras dormía, pero no al hombre con el que compartía la cama, sino a una de sus almohadas. Ella desataba en él todas esas emociones negativas y universales que brotan en el lado oscuro de la personalidad, porque al verla enrollada a ese objeto se sintió envidioso, envidió el lugar afortunado que ocupaba la inocente almohada y por eso se lo arrebató. Con cuidado la había arrancado de los brazos de Angela y se había apropiado de su sitio; y ella, envuelta por la inconsciencia del sueño, lo había recibido sin quejas, se había aferrado al impostor como una enredadera a las ventanas.
Neilan disfrutó con silencioso placer el sentir como ella iba escalando su pecho con el brazo hasta atraparlo por completo, como iba capturando su pierna con la suya hasta estrujarla en un espiral como una serpiente a su presa, como iba apoyando su mejilla sobre él hasta que la mitad de su anatomía acabó apretada a su costado. Fue un proceso lento que saboreó con gusto, y que continuaba saboreando en medio de una combinación de emociones que variaban entre la alegría y el deseo, porque sabía que Angela iba a reclamarle cuando despertara y eso le daba ganas de reír, y al mismo tiempo tenerla tan ceñida a él le provocaba un constante tirón en la entrepierna.
Ahora tenía las pupilas fijas en el techo claro que cubría esa porción de la casa, y sólo pensaba, mientras enredaba los dedos en el cabello rebelde de la mujer acostada en su pecho. Había pasado mucho desde la última vez que durmió con alguien más, años, y ocurrió porque estaba tan cansado que cayó dormido antes de levantarse e irse; antes de eso tuvo un par de "parejas" frecuentes, pero nunca despertaron juntos y su trato no iba más allá de un dormitorio, por lo que no podía definirlas como relaciones, fueron encuentros que duraron más que el promedio solamente. En esa larga etapa de su vida había levantado una muralla gruesa a su alrededor, estaba firme en la idea de no arrastrar a nadie más al mismo final que su madre; pero luego vió a hombres como él, aquellos bajo su mando, tener una vida doméstica convencional, alejada del trabajo; vió los enlaces que se formaban al paso del tiempo, algunos infelices, pero otros no; y luego vió a su primo casarse y ser feliz, y la envidia que ya asomaba en su corazón se volvió un hecho latente. Intentaba engañarse a sí mismo con que no buscaba lo mismo que todos ellos, pero en el fondo sabía que sí, simplemente no lo encontraba. Vagaba con el corazón abierto a cualquier intrusa, pero ninguna cayó en su trampa, quizás porque en ninguna de ellas halló lo que necesitaba; hasta que Angela le mostró justo lo que quería: Fuerza, la necesaria para vivir el único modo de vida que él podía ofrecerle. Y dentro de poco terminaría de comprobarlo.
![](https://img.wattpad.com/cover/362067573-288-k547619.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Angela ● abogada de la Mafia.
Storie d'amoreNeilan Mancuso es el hijo mayor del actual capo de la mafia italiana. Nació en las profundidades de un mundo inundado de peligro, muerte y traición, y fue criado para ocupar el trono. Cuando el heredero ve a Angela Demontis ajustar cuentas con un t...