—¿Por qué este cambio, Demontis? —preguntó Dante a Gian una vez este se sentó entre los dos hombres armados que actuaban bajo sus órdenes.
El hijo del mayor colaborador del capo encogió los hombros mientras se acomodaba mejor en ese pequeño espacio que le habían dado para hablar, era evidente que pretendían intimidarlo.
—Han pasado décadas de lealtad a los Mancuso y mi padre se cansó de esperar por un mayor rol en la familia, y de paso en la institución. Bruno teme que le traicionemos si nuestra posición asciende, por eso nos ha mantenido como sus matones y nada más —Dante escuchaba la fría explicación con aspecto serio y atento; su hijo, con sospecha; y el resto de los presentes, alerta, por si Gian decidía atacar—. Su terror ante una posible traición nos quedó claro cuando descubrimos que escuchaba a uno de nuestros familiares, Carlo. Estoy seguro de que le conocen.
Padre e hijo compartieron una mirada de sorpresa. Creían que los mismos Demontis habían desterrado al idiota de Carlo tras descubrir los favores que les hacía para ganarse su confianza.
—Llevamos un minucioso registro de todas las transacciones globales; no fue difícil detectar las irregularidades de sus... tratos con mi primo. Evidentemente, teníamos las manos atadas, con los Mancuso encima no tuvimos más opción que cortar lazos con él. Además, deben admitir que la "estrategia" trazada por mi primo no era la ideal —soltó con una sonrisa burlona. Dante negó con el mismo gesto—. Fue lo mejor entonces. Bruno duerme en paz creyendo en nuestra lealtad, al menos un poco más que antes; y nosotros tenemos paso libre para ofrecer nuestra alianza en su operación.
—¿No le ofreció Bruno a tu padre una silla en la institución y él se negó? —cuestionó Riccardo con suspicacia—. Eso me pareció escuchar.
—También se dice que que su esposa murió en circunstancias "indeterminadas" y que tu hermana sufrió un accidente; pero todos aquí sabemos la verdad —el que trajera dos temas escabrosos a la conversación causó un cambio drástico en el ambiente. El aire pareció caer sobre sus hombros como si nadara al fondo del océano; pero no demostraría reacción alguna frente a ellos. Continuó con el mismo tono impasible: —A él le conviene que estas pequeñas teorias sean las que circulen por la institución en lugar de la realidad. Bruno tiene la espalda cargada de culpas, y la muerte de Verónica no ha sido suficiente para pagar todo lo que ha hecho. Ustedes deben querer venganza, nosotros queremos el poder que se nos debe; ambos ganamos.
—Fallaste un encargo, ¿Crees que no sospecharán?
—Todo puede solucionarse. Sólo necesito una bala.
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—¿Te dieron? —preguntó Angela a su hermano cuando lo encontró en la sala de la mansión vendando una herida en su hombro izquierdo—. Creí que todo "había salido bien".
—Salió bien. Esto es una pequeña prueba de confianza —murmuró intentando atar la venda solo. Angela vió como pretendía lograr algo inútil y, después de rodar los ojos por lo terco que era al evitar pedir ayuda, se acercó a hacerlo ella misma.
—Que raras pruebas, la gente normal se deja caer de espaldas a los brazos de sus amigos, no se disparan a quemarropa.
—Pasa que no somos gente normal, Angie. ¡Ay! No tan apretado —se quejó cuando ella ató más fuerte de lo necesario.
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Angela ● abogada de la Mafia.
RomanceNeilan Mancuso es el hijo mayor del actual capo de la mafia italiana. Nació en las profundidades de un mundo inundado de peligro, muerte y traición, y fue criado para ocupar el trono. Cuando el heredero ve a Angela Demontis ajustar cuentas con un t...