Cuadragésimo cuarto capítulo: Nuevos inicios

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El sonido monótono del motor del autobús llenaba mis oídos mientras me sentaba en un asiento solitario, tratando de ignorar el dolor que me carcomía por dentro. Evitar a Leire era una tarea difícil, pero necesaria después de lo sucedido en la fiesta. No podía enfrentarla todavía, no después de haberla lastimado de esa manera.

Mis pensamientos estaban enredados en un torbellino de emociones mientras observaba el paisaje pasar por la ventana. Me sentía herida y confundida, preguntándome cómo habíamos llegado a este punto, cómo habíamos pasado de ser amigas inseparables a ser extrañas que apenas podían mirarse a los ojos.

De repente, el murmullo en el autobús aumentó de volumen, y supe que habían llegado. El grupo de Rudbeckia, con su aura enigmática y su presencia imponente, entraron en el autobús con la misma confianza y elegancia que siempre. Si líder se acercó a mí y se sentó a mi lado, mientras el resto de las chicas ocupaban sus lugares habituales alrededor nuestro.

Traté de ignorar la mirada curiosa de los otros estudiantes mientras intentaba mantener la compostura. Estar rodeada por las chicas siempre me ponía nerviosa, pero ahora, después de lo que había sucedido en la fiesta, me sentía aún más vulnerable ante su presencia intimidante.

Rudbeckia me miró con una mezcla de preocupación y complicidad, como si supiera lo que estaba pasando por mi mente. Quería decirle lo siento, quería explicarle lo que había sucedido, pero las palabras se atascaban en mi garganta, incapaces de salir.

En cambio, me limité a asentir con la cabeza en respuesta a su mirada, tratando de transmitirle toda la confusión y el dolor que sentía en ese momento. No sabía qué pensar de todo esto, no sabía si alguna vez podríamos volver a ser amigas después de lo sucedido.

El resto del trayecto transcurrió en un silencio incómodo, interrumpido solo por el suave murmullo de conversaciones a nuestro alrededor. Me sentí atrapada en mi propio mundo de dolor y confusión, incapaz de encontrar una salida a la situación en la que me encontraba.

Cuando finalmente llegamos a la escuela, me levanté del asiento con una sensación de alivio mezclada con tristeza. Sabía que tendría que enfrentar a Leire eventualmente, tendría que explicarle lo que había sucedido en la fiesta y tratar de arreglar las cosas entre nosotras.

Pero por ahora, solo podía concentrarme en seguir adelante, en enfrentar el día que tenía por delante con valentía y determinación. Sabía que no sería fácil, sabía que habría obstáculos en el camino, pero también sabía que tenía que seguir adelante, que tenía que encontrar una manera de superar esta prueba y salir más fuerte del otro lado.

Con ese pensamiento en mente, me dirigí hacia el edificio de la escuela, lista para enfrentar lo que sea que el día tuviera reservado para mí. No sabía lo que el futuro me deparaba, pero estaba decidida a enfrentarlo con valentía y determinación, lista para seguir adelante pase lo que pase.

La sensación de ser aceptada en el grupo de Rudbeckia me tomó por sorpresa. Después de la ruptura con Leire, me había sentido perdida y sola, pero de repente, las chicas misteriosas parecían acogerme entre sus filas, incluyéndome en sus conversaciones y tratándome como una de las suyas.

Por un lado, me sentía emocionada y halagada por la atención que recibía de ellas. Siempre había sido admiradora de su misteriosa aura y su elegancia innata, y ahora, tener la oportunidad de formar parte de su círculo íntimo era como un sueño hecho realidad.

Pero por otro lado, me sentía confusa y abrumada por toda la atención. No sabía cómo comportarme o qué decir en su presencia, temiendo que en cualquier momento pudiera cometer un error que me hiciera perder su favor.

Las chicas me hablaban con confianza y familiaridad, como si me conocieran desde hace años, y aunque intentaba seguir el ritmo de la conversación, a veces me sentía fuera de lugar, como si estuviera en un mundo completamente diferente al mío.

Rudbeckia, en particular, parecía estar especialmente interesada en mí, siempre buscando mi compañía y asegurándose de que estuviera cómoda entre ellas. Su atención me llenaba de alegría y emoción, pero también me llenaba de dudas y ansiedad, preguntándome si realmente merecía estar en su presencia.

A medida que pasaban los días, me encontré cada vez más inmersa en el mundo de las chicas misteriosas, acompañándolas en sus excursiones nocturnas y sus encuentros secretos. Cada momento a su lado era como una aventura emocionante, llena de misterio y peligro, pero también de camaradería y complicidad.

Pero a pesar de la emoción y la fascinación que sentía por ellas, también había una parte de mí que se resistía a entregarse por completo. Sabía que había algo oscuro y peligroso en su mundo, algo que no podía ignorar ni pasar por alto.

A veces, cuando estaba a solas con mis pensamientos, me preguntaba si estaba tomando la decisión correcta al estar con ellas. ¿Era realmente seguro confiar en ellas, o estaba poniendo en peligro mi propia seguridad al involucrarme en su mundo?

Pero cada vez que intentaba alejarme, algo dentro de mí me empujaba a seguir adelante, a seguir explorando el misterio que rodeaba a las chicas misteriosas y su enigmático líder. Sabía que había mucho más por descubrir, mucho más por aprender sobre ellas y sobre mí misma, y estaba decidida a seguir adelante, pase lo que pase.

Malditas: La Historia de Alexia (Acabado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora