Capitulo VII

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Llegada inesperada.

Comencé a escuchar ruidos en la casa así que me desperté, seguía durmiendo junto a Artem y estaba recargado en su pecho mientras él me abrazaba, no quería que me soltara así que fingí que no escuche nada.

Al cabo de un rato volví a escuchar los ruidos así que me separé un poco de Artem y él se despertó vaya si que tenía el sueño ligero.

— ¿Qué ocurre, pequeño? — me preguntó con voz somnolienta.

— Nada solo escuché algo.

Nos quedamos en silencio un rato y se escuchó de nuevo, se escuchaba como si un auto estuviera entrando al garaje, para después escuchar unas llaves abriendo la puerta.

— Mierda — soltó Artem sin pensar aunque yo no sabía que ocurría.

— ¿Qué ocurre?

— Mis padres han llegado.

— ¿No se supone que llegarían hasta mañana?

— Se supone pequeño, ahora no se cómo le vamos a hacer.

— ¿Por qué?

— Ellos no saben de tú existencia mucho menos que eres mi novio.

— ¿Se lo van a tomar mal?

— Muy mal pero dudo que algo malo pase, iré abajo y regreso en 5 minutos.

Salió de la cama, tal y como dijo fue al piso de abajo, de repente comencé a escuchar una voz que no era de él.

No quería salir del cuarto a menos de que él llegara y me lo pidiera, eran las 5:30, que temprano, ya no lograba escuchar voces, justo cuando creí que todos habían vuelto a dormir apareció Artem.

— Ven, pequeño.

— ¿Para qué?

— Créeme que entre más rápido ocurran las cosas más fáciles van a ser.

— ¿Qué cosas?

— Tú solo ven.

Baje por las escaleras y vi a aquella mujer, estaba sola así que supuse que su esposo trabajaría un poco más o ya se habría ido pero no, ahí estaba él entrando por la puerta, aquella mujer dirigio su mirada hacia mí y luego hacia su hijo buscando explicaciones.

Cómo había visto su madre era muy parecida a él, pero su padre no tanto además él casi no entraba a la casa la única que estaba ahí era su madre.

— Artem, ¿Qué se supone que es esto? — dijo refiriéndose a la situación en la que nos encontrábamos.

— ¿Qué cosa?

— Oh bien lo sabes, nos mandaron una foto en la que estabas metiendo a alguien en la casa, creímos que era...

— Shayla o alguna otra chica.

— Si bien lo sabes, ¿Quién es él?

— Él, es Auritz...

— Supongo que solo es tu amigo así que lo dejaré pasar.

— Si pasarás más tiempo en la casa sabrías que él no es mi amigo.

— ¿Entonces que se supone que son?

— Mi novio.

Dijo Artem sin duda en su rostro y por la reacción de su madre no creo que se lo haya tomado muy bien.

— Sabes muy bien que no puedes volver a tener tus noviecitos.

— Y novias si, ¿Verdad?

— Claro hijo, dile a este chico que acaban de terminar.

El parque de las mariposas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora