La caída de la nieve.
Eran las 7 de la tarde, estaba sentado junto a Artem, aunque salí a ver por la ventana cuando me di cuenta que estaba nevando.
— Artem mira, ¡Nieve! — dije como si fuera un niño pequeño.
— ¿La habías visto alguna vez?
— Solo en fotos y vídeos.
— ¿Te gusta?
— Me encanta, ¿Podemos salir?
— Claro pequeño.
Salimos de la casa no sin antes ponernos un suéter que nos protegiera del frio, pude ver los copos de nieve por primera vez en mi vida o tal vez sea más veces pero la deje de ver cuándo me cambié de casa.
— Es curioso pequeño, vives aquí y nunca habías visto nieve.
— No vivía aquí.
— ¿Dónde vivías?
— Algo retirado, llegamos allá cuando tenía 8 años y nunca volví aquí.
— ¿Cómo sabías de la existencia del parque?
— Lo abrieron cuando tenía 7 años.
— Tiene sentido.
— Mucho.
Yo seguía igual de emocionado por ver la nieve que ya había olvidado que existía, había olvidado lo linda que se veía.
— Es increíble ver cómo cae la nieve.
— Lo se pequeño, a mi también me gusta.
— ¿Has visto cada copo?
— Son diferentes, pequeño.
— Claro.
— Como las personas.
— ¿Por qué?
— Todos somos diferentes pero si los ves juntos encajan.
— ¿Como la nieve?
— Claro pequeño si la ves separada se ve la forma de los copos pero si la ves junta solo se ve un montón de nieve blanca.
— ¿Las personas son así?
— Todo es así, nadie es igual y no tienen por qué ser iguales.
— Yo soy diferente a los demás, ¿Verdad?
— Si pequeño, nos vemos dentro de la casa.
— Claro.
Me quedé un rato más cuando escuché que alguien me llamaba, gire mi cabeza y me encontré con alguien a quien no quería ver.
— ¿Cómo sabes dónde vivo?
— Te he visto entrar con Artem a este mismo lugar — dijo acercándose a mi.
— Daren vete de aquí ahora mismo.
— ¿Por qué Auritz?, te ves hermoso bajo la luz de la luna.
— Daren vete.
— ¿Por qué no me aceptas?
— Porque no te amo y no me puedo obligar a amarte, eso sería jugar contigo.
— No importa juega conmigo lo que quieras hasta que me ames, da igual Artem está comprometido y no creo que lo pueda anular.
— Claro que puede.
— ¿Cómo?
— No lo se.
— No seas terco y aceptame, te puedo hacer más feliz que Artem.
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El parque de las mariposas
RomanceQue creen que ocurra si una mañana de repente encuentran a un chico pero al ser tímido decides no hablarle aunque la curiosidad te gana y tomas el valor para hablarle, será un problema para el futuro o una solución para este. Auritz es un chico tími...