Capitulo XXII

5 1 3
                                    

Amor.

Habían pasado meses, estábamos en Julio y durante todo este tiempo Artem se había reconciliado con Catherine, Daren había conseguido pareja y yo seguía estando en la misma posición de mi vida, seguía amando a la misma persona, pero con la diferencia de que ahora no somos nada.

Ambos estábamos tendidos en el pasto, estábamos mirando al cielo azul, con algunas nubes, o bueno yo lo estaba mirando porque Artem había cerrado sus ojos hace unos minutos.

— Artem — soltó un gruñido en forma de respuesta — ¿Te piensas mudar?

— Creí que ya habíamos hablado de eso, pequeño.

— Solo quiero asegurarme que tú respuesta no cambiará.

— No lo pienso hacer, me pienso quedar contigo.

— Vale, ¿Sabes que te amo?

— Claro que lo sé, te amo mi pequeño.

— Yo igual, ¿Cuánto me amas? — en cuanto hice esa pregunta abrió sus ojos y giro su cabeza encontrándose con mi mirada, esos ojos azules que tanto me encantaban.

— Creo que ya lo sabes, pero te amo lo suficiente que cuando me olvidé por completo de tú existencia volví a enamorarme de ti, te amo tanto que sacrificaría cualquier cosa con tal de verte bien y feliz.

Una cosa más que paso en todo este tiempo es que Artem había recordado mayor parte de lo que vivimos juntos y como eran vacaciones podíamos estar juntos el tiempo que quisiéramos.

— Claro que ya sabía cuánto me amas pero me gusta escuchar cómo es que lo dices.

— Eres algo caprichoso, pero sinceramente no me importa ni me molesta tener que decírtelo, es más te lo podría repetir una y otra vez, incluso te puedes aburrir de escuchar la misma respuesta — dijo para cerrar los ojos y girar la cabeza a como se encontraba antes de que respondiera mi pregunta.

— Nunca me aburriría, es más, te preguntaré cada vez que quiera.

— En todas esas veces te responderé.

— Artem, ¿Por qué no volvemos a ser algo más que amigos?

Abrió los ojos para girarse a verme, su mirada decía que quería lo mismo que yo, comenzar de nuevo, volver a ser una pareja.

— No — su respuesta me sorprendió.

— ¿No? — cuestioné para asegurarme de que lo había escuchado bien.

— No, quiero que seamos una especie de “amigos” durante más tiempo.

— ¿Por qué?

— No lo entenderías, o bueno no por ahora.

— Claro que lo haré, no soy un niño.

— Para mí lo eres, eres un niño al que quiero proteger de todo lo malo que le pueda pasar.

— Pero no lo soy, entenderé todo lo que me digas.

— Entonces entiende esto, no vamos a volver a ser una pareja durante meses, quiero conocerte, quiero conocer a la persona que amo, tan solo déjame hacerlo, ¿Si?

— Está bien, pero solo hasta agosto.

— Claro pequeño.

— Antes de todo esto odiaba que me llamaras pequeño.

— ¿Por qué?

— No lo sé, no entendía tu afán de llamarme así, comencé a tratar de entenderlo y luego descubrí que te amaba, después que tú me amabas…

El parque de las mariposas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora