Annelise la personificación de la virtud de la humildad. Fue creada por el Padre, sí, el mismísimo Dios, y mi propósito es velar por la humanidad. Amo a cada uno de los seres humanos, y como miembro de las siete virtudes, me esfuerzo por guiarlos ha...
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A la mañana siguiente, me desperté y salí de la habitación. Mientras caminaba por los pasillos, me acerqué al estudio de Lucifer. La puerta estaba medio abierta, y curiosa, miré por la rendija. Para mi sorpresa, vi a Lucifer jugando con unos patitos de juguete. Los había creado con su magia y los manipulaba con destreza, como un niño entretenido con sus juguetes.
Me reí suavemente al ver la escena y murmuré para mí misma: "Vaya, hobbit... tan tierno."
Lucifer se detuvo de repente al escuchar mi voz y giró hacia la puerta, sorprendido de mi presencia. Nuestros ojos se encontraron y por un momento, vi un destello de diversión en los suyos antes de que él se enderezara, intentando parecer más serio de lo que realmente era.
"Annelise," dijo, con un tono que intentaba transmitir indiferencia pero no podía ocultar completamente la diversión. "¿Te has levantado temprano?"
Asentí, entrando en el estudio. "Sí, no podía dormir más. Y escuché ruidos extraños..." hice una pausa, señalando hacia los patitos de juguete con una sonrisa divertida. "No esperaba encontrarte así."
Lucifer se encogió de hombros con una sonrisa traviesa. "A veces necesito un descanso de todo el caos del infierno. Y estos pequeños amigos siempre me alegran el día."
Nos quedamos en silencio por un momento, observando los patitos flotar en el aire. Era una escena extraña, pero extrañamente reconfortante.
"Deberías unirte a mí," dijo Lucifer de repente, extendiendo la mano hacia mí. "Puedo enseñarte cómo crear tus propios juguetes mágicos."
Me sorprendió la oferta, pero la idea de pasar tiempo con Lucifer de una manera tan inusual me intrigaba. Así que, con una sonrisa, me acerqué y tomé su mano.
"Está bien," dije. "Muéstrame cómo hacer patitos de juguete."
Y así, pasamos la mañana juntos, riendo y jugando como dos niños traviesos en medio del reino del infierno.
Mientras estaba junto a Lucifer, utilicé mi habilidad para crear un patito blanco con mejillas rojas y un sombrero blanco de copa, que se parecía mucho a Lucifer. Lo miré con una sonrisa leve y le extendí el patito.
"¡Mira! Toma, es un regalo para ti," dije con una sonrisa mientras le entregaba mi creación.
Lucifer tomó el patito con sorpresa y lo examinó con curiosidad. Una pequeña sonrisa se formó en sus labios mientras miraba el patito en sus manos.
"Es sorprendente, Annelise," dijo, con una nota de asombro en su voz. "Gracias, realmente aprecio este gesto."
Nos quedamos mirando el patito por un momento, compartiendo un momento de conexión inesperada a través de un simple juguete de magia.
"Me alegra que te guste," respondí sinceramente. "Parece que tienes un nuevo amigo ahora."
Lucifer asintió con una sonrisa, guardando el patito con cuidado.
"Definitivamente," dijo. "Y estoy seguro de que este pequeño amigo y yo nos divertiremos mucho juntos."
Y así, nuestro día continuó, lleno de risas y momentos de complicidad mientras jugábamos con nuestros patitos de juguete en el inusual escenario del infierno.
Mas tarde estaba en el jardín, arrancando los pétalos de una flor roja y murmurando "me ama, no me ama, me ama...", escuché una discusión proveniente de la sala del trono. Me dirigí hacia allí y presencié a los 7 pecados capitales sujetando a un demonio pecador que se negaba a seguir sirviendo a Lucifer. Vi cómo Lucifer, furioso, golpeaba al demonio.
Al presenciar la escena, sentí un nudo en el estómago y una lágrima escapó de mis ojos. Era la primera vez que veía a Lucifer comportarse de esa manera. Desde afuera de la puerta, apenas susurré su nombre: "Lucifer..."
Sin embargo, antes de que pudiera decir o hacer algo más, me di la vuelta y corrí hacia mi habitación, cerrando la puerta con llave tras de mí. La escena que acababa de presenciar me había dejado perturbada y necesitaba un momento para procesarlo en privado.
Capítulo 12:
Me encerré en mi habitación, temblando y con el corazón acelerado. Apenas podía creer lo que había visto. Lucifer, el mismo que me había mostrado momentos de ternura y protección, ahora se revelaba como un ser violento y cruel. No podía conciliar esas dos imágenes de él en mi mente.
Golpearon la puerta, sacándome de mis pensamientos. "Annelise, ¿estás bien?" La voz de Lucifer resonaba desde el otro lado, llena de preocupación.
No respondí de inmediato, tratando de calmarme. Finalmente, me acerqué a la puerta y dije con voz temblorosa: "¿Qué quieres, Lucifer?"
"Déjame entrar, por favor," pidió él suavemente. "Necesito explicarte lo que pasó."
Abrí la puerta lentamente, y Lucifer entró. Su expresión era una mezcla de arrepentimiento y preocupación. "Annelise, lo que viste allá abajo... no es toda la verdad."
"¿Qué verdad hay en golpear a un demonio indefenso?" le respondí, la voz llena de dolor. "Eso no es lo que esperaba de ti, Lucifer."
Él suspiró, acercándose a mí. "A veces, debo mantener el orden de maneras que pueden parecer crueles. Este es el infierno, Annelise. La debilidad se castiga, y la traición aún más."
"¿Es eso una excusa?" respondí, sintiendo cómo mi ira comenzaba a desbordarse. "Me has mostrado una parte de ti que pensaba que era... diferente. Ahora, no sé qué pensar."
Lucifer se acercó más y tomó mis manos con delicadeza. "Annelise, sé que es difícil de entender. Pero aquí, debo ser fuerte. Debo mantener el control. No puedo permitirme mostrar debilidad."
Lo miré a los ojos, buscando algún rastro del Lucifer que conocía. "No puedo aceptar la violencia como una forma de gobierno, Lucifer. Esa no es la manera en que deberían resolverse las cosas."
Él asintió lentamente, apretando mis manos. "Prometo que haré todo lo posible por demostrarte que hay más en mí que lo que viste hoy. Solo te pido que confíes en mí un poco más."
Suspiré, soltando sus manos suavemente. "Confiar en ti no será fácil después de esto. Pero te daré la oportunidad de demostrarlo. Solo espero no arrepentirme."
Lucifer sonrió ligeramente, aliviado. "No lo harás, Annelise. Haré todo lo posible para ganarme tu confianza de nuevo." Me dio un beso en la frente y se marchó, dejándome sola con mis pensamientos.
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