Narrador omnisciente:
En el Infierno, en el Anillo del Orgullo, Lucifer Morningstar se despertó temprano, con el peso de la venganza aún fresco en su corazón. Su bella emperatriz, Annelise, dormía plácidamente a su lado, pero él sabía que la paz que buscaba estaba muy lejos. Se levantó de la cama sin hacer ruido y comenzó a vestirse con precisión. Su saco blanco, acompañado de un pantalón blanco a juego, botas negras con tacón, y su camisa rosa con rayas blancas, todo cuidadosamente seleccionado. Acomodó su moño negro y se colocó su sombrero blanco, adornado con una corona dorada, una serpiente dorada enroscada y una manzana de oro brillante, símbolos de su poder y su historia.
Agarró su bastón de manzana, ese que siempre lo acompañaba, y se dirigió hacia la puerta. Sin decir una palabra, salió de la habitación, sus pasos resonando por los pasillos del castillo mientras bajaba las escaleras con una determinación implacable.
Un portal resplandeciente se abrió ante él, llevándolo directamente al Cielo, donde había convocado una reunión. **Será**, la Serafín Mayor, y **Lute**, la nueva líder de los exorcistas, ya lo esperaban. El lugar celestial era radiante, pero la luz no calmaba el fuego que ardía dentro de Lucifer.
Al ver a Lute, la ira se encendió como una llama descontrolada. La imagen de la exorcista que había asesinado brutalmente el día anterior apareció en su mente, y el dolor por la pérdida de su hijo lo cegó. Sin pensarlo, su forma demoníaca emergió. Sus ojos se tornaron de un rojo profundo, y sus alas, blancas con tintes rojos, se desplegaron imponentes. El aire celestial pareció tensarse.
Antes de que pudiera hacer algo más, dos exorcistas corrieron a detenerlo, sujetándolo por los brazos. Luchaban por contener su inmensa fuerza, pero Lucifer, furioso, se soltó con un rugido.
**Lucifer**: —¡Tú! —gruñó, sus ojos llenos de odio al mirar a Lute—. ¡Eres una maldita perra! ¡Solo era mi hijo! —Las palabras salieron como un rugido mientras extendía sus alas más ampliamente, casi cubriendo el cielo con su envergadura. El dolor en su voz era palpable, pero la furia lo dominaba—. ¡¿Cómo te atreves a justificar lo que hiciste?!
Lute lo miró con frialdad, sin inmutarse ante la furia de Lucifer. Era como si ya hubiera anticipado su reacción.
**Lute**: —No era inocente, Lucifer. —Su voz era serena, casi indiferente, mientras lo miraba directamente a los ojos—. Ese hijo tuyo... era el Anticristo. Estaba destinado a traer destrucción y caos. Debía ser eliminado antes de que desatara el infierno en la Tierra.
Las palabras de Lute solo sirvieron para avivar el fuego en Lucifer. Se acercó a ella, su aliento pesado, sus manos temblando de rabia.
**Lucifer**: —¡No tienes derecho! —gritó, avanzando un paso hacia ella—. ¡Era mi hijo! ¡Mi sangre! ¡No eras quién para decidir su destino!
Será, la Serafín Mayor, intervino rápidamente, poniéndose entre ambos, su mirada serena, pero cargada de autoridad.
**Será**: —Basta, Lucifer. —dijo con voz firme, su luz irradiando calma—. Esta reunión no es para ceder a la violencia. Debemos resolver esto con razón, no con ira.
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SE MI EMPERATRIZ
FanficAnnelise la personificación de la virtud de la humildad. Fue creada por el Padre, sí, el mismísimo Dios, y mi propósito es velar por la humanidad. Amo a cada uno de los seres humanos, y como miembro de las siete virtudes, me esfuerzo por guiarlos ha...