14# Lesson: avanzando en un mundo gris

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Da vistazos nervioso al celular, con la sensación de que si deja de fijarse, podría suceder un problema. El favor que San le pidió hace unos días, es mantenerse pendiente de las lecturas que daría en un medidor conectado a distancia.

Supuestamente, si el medidor llega a estar en amarillo o hay un aviso de emergencia, debe correr a dónde sea que esté San para poder ponerle una inyección ¿Por qué? San no se lo explicó muy bien. Lo único que tiene claro, es que es importante. Parecido a un problema cardíaco o algo así. Lo más lejos que llega, es que es cosa del estrés y quiere evitar ponerse demasiado nervioso, tener problemas cardiacos.

Eso es todo y aun así, no entiende nada. Se le hace una justificación muy vaga. A la vez, no podría manejar la explicación científica.

—Concéntrate, concéntrate. —Se Wooyoung a sí mismo antes de sonreír suave y empezar a teclear. Dejarse fluir en lo que escribe es mucho más fácil para él que permitir que sus emociones se convirtieran en estrés.

No quiere sentirse mal.

No quiere tener ganas de leer cómics porno.

No quiere masturbarse sin control.

No quiero llorar sin control.

No quiere buscar compañía.

No quiere morir.

Así que debe dejar salir sus angustias, tentaciones y pensamientos sea como sea.

Irónicamente, eso es ser responsable con sus responsabilidades. A diferencia de la ciudad entera, que está huyendo de eso mismo. No se siente capaz de estar en casa si está solo, así que vino a un café. Ya se ha tomado seis y espera por el séptimo, escribiendo sin control, indiferente a los problemas de tipeo que pueda haber o que no haya mucho sentido.

Eso le tomará tiempo y es lo que quiere: distraerse hasta con lo más molesto posible.

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— ¿Por qué tengo que hacerlo yo? —reclama San poniéndose guantes y refunfuñando. El cadáver frío en la camilla delante suyo. Hongjoong de repente vino con un cadáver.

Es el peor regalo que ha recibido de su parte. En este momento, extraña cuando le llegó con un maldito ornitorrinco porque era una mascota "rara", por lo tanto un regalo fenomenal.

—Porque no confiamos en más nadie, por no mencionar que serás tú quien uses lo que saldrá de él—responde Hongjoong, balanceando la piernas de adelante atrás, acostado baca abajo en otra camilla—. Serás quien lo guarde también... y que no me dejaron inmiscuir a más nadie. Solo confían a ti porque me tienen de rehén y ellos a ti. —Estira los labios y San blanquea los ojos.

—Yo no soy un rehén.

—Claro que sí ¡Eres lo único que me importa! Tú y Wooyoung ¿O crees que mis padres cuentan? —San niega al mismo tiempo que toma un bisturí y aparta la sábana blanca encima del cadáver—. Sea como sea... ¡No me reclames tanto! ¿Te olvidas de que soy tu jefe? Podría tener sexo contigo si quisiera y tendrías que cumplirme porque debes mantenerme contento o adiós sustento.

—Quiero verte intentar despedirme. —admite San con una sonrisa escondida tras el cubre bocas.

— ¡Por supuesto que podría! ¡También robarme a tu novio!

Presiona de más el bisturí y un largo hilo de sangre le golpea la cara. Se aparta y limpia con la mano, gruñendo gutural, Hongjoong se ríe a carcajada, sentándose y siguiendo en sus tonterías de siempre.

Indiferente a que los ojos de San lucen rojos y su cuerpo se hincha de forma casi animal por un momento.

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Hero by Destiny | WooSan || BOOK 2#Donde viven las historias. Descúbrelo ahora