13# Lesson: lo que tanto duele

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—Llegaste bastante rápido... tenía esperanzas de que algún camión te aplastara con tanto caos que hay.

San ni siquiera se molesta en responder a Hwanjoon. La relación que tienen es sobradamente mala. Como no es de sorprender, la idea de que Wooyoung aprecia a San es aborrecible. Lo que a San le molesta, por su parte, es que no puede sacar a Hwanjoon de la vida de Wooyoung de manera permanente.

Ya que está secreto lo que él fue capaz de hacer y la incapacidad de Wooyoung de alejarse de figuras que resultan queridas, es una pieza presente en su vida. Apenas un mensaje cada otro mes o una llamada. Dinero que le da para ayudar a sus gastos. Es más de lo que debería. Se nota que sigue siendo un hombre adinerado y que maneja bien sus negocios.

Y está empeñado en el hijo de su amante, indiferente a lo que su hijo o esposa quieran.

Aun así, no hay contacto físico de ningún tipo, San supervisa las llamadas; se niega a permitir que manipule a Wooyoung de alguna forma. Ahora mismo, buscándolo, lo único que puede calmarlo es que la puerta de la habitación está cerrada con seguro—. Woolfie, soy yo, ábreme. —pide, paciente, cansado.

Demora algunos minutos y a San se le hace extraño que Wooyoung tenga la cara sucia. Más allá de los rastros de llanto como debería. Su ropa tiene manchas negras y Wooyoung se vuelve un desastre tratando de explicar que pasa.

—Vamos a casa. —dice San abrazándolo. Wooyoung se esconde en él y solloza un poco más fuerte.

—N-no sabía cómo llegar. Y-yo... yo no sé dónde estoy.

—Tranquilo. Ya llegué por ti. No te preocupes por nada.

Lo sube al auto, donde sigue temblando y dando hipidos constantes. Se recuesta del auto, cruzado de brazos hacia Hwanjoon. Trata de tragar toda su saliva, evitar que se le escape, no quiere avergonzarse de ese modo y las manos le molestan: garras salen sin querer y no sabe cómo retraerlas. No siquiera sabía que las tenía.

Aunque ahora tiene sentido los arañazos que tiene Wooyoung aún.

—Llegó llamando a Wonyeong, no sabía que decirme, así que no tengo ni idea de que tiene—Advierte Hwanjoon, sabiendo la mala impresión que tiene San en el momento—. Mi esposa no vio ninguna herida. Así que la sangre no es de él—San frunce las cejas y desvía la mirada ¿Eso es sangre? —. Espero que te tomes la molestia de explicarme cuando sepas que pasó.

— ¿A ti? ¿Por qué debería? —reta irritado—. Que no te ha importado su bien de verdad ¿O se te olvida? —señala al auto con el pulgar—. Está así de mal por culpa tuya. Porque eres un padre inútil, miserable y para peor, un pederasta—La cara le duele, tiene la sensación de que debería abrir más la boca, como si sus dientes son más grandes ahora—. Así que no vengas a exigir nada de mí sobre él.

—No veo que seas mejor que yo—ironiza Hwanjoon con una sonrisa pedante—. Un hombre de casi treinta con un muchacho de diecinueve... ¿Bajo qué derecho te crees mejor?

—Quizá no soy el mejor, pero al menos sí me preocupo de verdad por él. Más que tú. Con eso me basta. —concluye San, abriendo la puerta del auto y subiendo.

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— ¿Qué tienes?

—Es que quisiera que lo hiciéramos.

—Eso no va a pasar—informa San con una ceja levantada—. Ya te lo dije: me gustas mucho, pero no es-

—E-es que quiero... Quiero hacerlo aquí y si-

Wooyoung luce muy frustrado. Por días lo ha visto frustrado, su psicóloga le exigió mantenerlo vigilado y la razón salió a relucir la cita al día siguiente: Wooyoung es hipersexual. San no había encontrado nada de raro en que se masturbara, viera comics porno o hiciera comentarios desubicados de la nada. Es un adolescente después de todo.

Hero by Destiny | WooSan || BOOK 2#Donde viven las historias. Descúbrelo ahora