X

7 3 0
                                    

Jeongin estaba cortando las espinas y nivelaba las rosas, debía hacer un ramo que anoche le encargaron a su mamá, sería el segundo ramo que haría en toda su vida, pero su mamá confiaba mucho en él.

Tras terminar de cortar las rosas comenzó a realizar el ramo, doce rosas blancas y seis de color rosa claro, terminó de juntar las rosas, ahora debía añadir las flores de nube, para que se vea hermoso.

Puso a un lado el ramo y comenzó a alistar el papel para envolver el ramo.

"Es para una boda, así que debes hacerlo muy bien"

Tenía que hacer lo mejor que podía, aunque de solo pensar en la boda le daba una añoranza que no sabía de dónde salía, porque en ningún momento soñó con casarse, pero ahora quería hacerlo.

¿Por qué cuando tenía posibilidades casi nulas de que alguien se enamore de él, es cuando quiere casarse?

"¿Quién se puede enamorar de un inválido?"

Tomó el ramo y quiso arrojarlo, pero se contuvo porque un hombre entró a la floristería, haciendo que deje el ramo en la mesa.

―Buen día.

―Buen día, vine a recoger el ramo que ayer encargaron, es para una boda ―buscó en el bolsillo de su pantalón y sacó un papel ―el pedido especial con rosas y nubes.

Jeongin buscó la factura que su mamá le indico del ramo, al encontrarlo lo tomó y le puso el sello que indicaba que se entregó las flores.

―Es está, gracias por preferirnos ―el hombre tomó el ramo y se quiso ir, pero le hizo un nuevo pedido.

―¿Me puede dar un ramo de girasoles y margaritas?

―¿Para cuándo lo quiere?

―Para hoy, dentro de una hora ―Jeongin se sorprendió, pero no podía rechazarlo, así que solo asintió.

―Está bien, ¿quiere que le ponga algo en especificó? ―Jeongin condujo su silla hasta los girasoles, buscando las mejores.

―¿Le puede poner una carta? Y unos chocolates a los alrededores? ―Jeongin volteó a mirarlo, viendo que miraba su silla de ruedas.

―Claro, si quiere usted puede escribir la carta ―Jeongin sacó los girasoles que quería y luego se dirigió dónde las margaritas. Aunque las margaritas estaban fuera de su alcance.

―¿Quiere ayuda? ―preguntó de manera cautelosa, no lo quería incomodar.

―Si, por favor ―el hombre sacó las margaritas que quería y se las entregó a Jeongin ―gracias.

Después de ese momento no intercambiaron palabras, cosa que puso incómodos a los dos, pero Jeongin no debía hacer nada, porque debía concentrarse en el ramo.

Cuando terminó de hacer el ramo fue cuando el hombre le entregó una hoja.

―No tengo buena letra, así que esperaba que pudieras arreglarlo ―el hombre se rasco la nuca, demostrando su nerviosismo.

―Está bien ―Jeongin buscó una hoja para escribir la carta y un bolígrafo negro, cuando lo encontró comenzó a copiar lo que el hombre había escrito.

"No debí esperar tanto, ahora te vas de mis manos, y estoy aquí con el corazón en la mano, siendo un completo imbécil al esperar en frente de tu puerta todos los días, esperando que por alguna razón nos encontremos y al fin confesar mi amor, pero lamento no haberlo hecho antes, jamás debí esperar tanto, tal vez ahora yo sería quien sostenga tu mano, sería yo a quien verías cada mañana al despertar y con quién podrías dormir abrazado cada noche. Ahora solo debo ser tu mejor amigo, como siempre lo fui, como lo soy ahora, el padrino de tu boda, solo quiero confesar mis sentimientos hacia ti, porque ya no puedo vivir ocultando mi amor, debí ser valiente y arriesgarme, pero ya es tarde, demasiado tarde...

Te amo mucho mi niño hermoso, eres mi sol, quien ilumina mis días, pero ahora debo dejar ir estos sentimientos, porque yo te amo con todo mi ser, pero tú no me ves a mi como tú pareja.

Mi Lixie precioso, debes ser feliz y no te preocupes por mí, yo estaré bien, despues de todo, ambos somos los mejores amigos del mundo.

Atte: Christopher"

Jeongin quiso llorar por la carta, era bastante triste que algo así pasará, estar enamorado de ti mejor amigo y no poder decirlo, no tener la suficiente valentía para confesar ese sentimiento.

Aunque podía comprenderlo, no querer decir lo que realmente quiere por miedo al rechazo.

―Aquí tiene ―le entregó el ramo junto con la carta ―serían cincuenta dólares.

Sacó de su billetera el dinero, se lo entregó a Jeongin y quiso irse, pero aún no podía hacerlo.

―¿Quiere algo más? ―el hombre negó, aunque unas lágrimas se deslizaron por sus mejillas, pero se las limpió bruscamente.

―No se puede revertir el tiempo ¿Verdad?

Jeongin negó, el tiempo no se podía revertir lamentablemente, si pudiera hacerlo, revertiría el tiempo hasta ese momento y no subir al tren.

―Lastimosamente no se puede.

―¿Podrías darme un consejo?

Jeongin frunció el ceño, él era pésimo para dar consejos, a menos que se tratara de algún deporte.

―¿Es mejor elegir la felicidad de alguien más, o elegir tu propia felicidad?

Jeongin se quedó pensando por un momento, hacer feliz a los demás lo hacía sentir bien, pero cuando elegias ser feliz era mucho mejor.

―Mi propia felicidad.

El hombre solo asintió y se fue, dejando a Jeongin con esa pregunta.

¿En estos momentos estaba haciendo algo para ser feliz?

No, solo se esforzaba para ayudar a Hyunjin, hacia los ejercicios de rehabilitación por su mamá, y quería ganar aquel trofeo por su papá.

¿Qué podía hacer para ser feliz y dejar de complacer a los demás?

―Ya no puedo hacer lo que me hacía feliz, ¿qué puedo hacer ahora?

Jeongin se la paso pensando en esa pregunta durante todo el día, ni siquiera prestó atención cuando su mamá hizo más ramos.

¿Existía algo que lo hiciera feliz?

Se encontraba acostado en su cama, viendo el cuaderno de dibujo de Hyunjin.

Sus pinturas eran demasiado hermosas y las veces que hablaba de arte un brillo se notaba en sus ojos.

Llegó hasta la última hoja, viendo que estaba vacía, soltó un suspiro, debía encontrar algo que logrará hacerlo feliz.

Buscó un lápiz y comenzó a dibujar, dejando que la creatividad fluya, así terminó haciendo un árbol en pleno otoño, perdiendo sus hojas, tal como un chico perdió sus sueños.

Buscó un lápiz y comenzó a dibujar, dejando que la creatividad fluya, así terminó haciendo un árbol en pleno otoño, perdiendo sus hojas, tal como un chico perdió sus sueños

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

25/07/24

Es muy triste,
pero mejorará.

Fulfilling dreams [Hyunin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora