Hyunjin llegó a la casa de Jeongin, bajo del auto y fue caminando hacia la puerta, sacó su celular de su pantalón y logró llamar a Jeongin.
―Ya estoy en la puerta de tu casa ―avisó, para luego colgar la llamada.
Unos segundos después Jeongin abrió la puerta, sosteniendo una pequeña mochila en su regazo.
―Mi mamá se preocupa mucho ―soltó una risita ―¿vamos?
―Si, vamos ―Jeongin condujo su silla hasta la calle, pensando que Hyunjin vino caminando ―Jeongin vine en mi auto ―con su mano izquierda agarró la silla de Jeongin.
En el momento en que lo dijo un hombre se acercó a ellos, haciendo una inclinación para saludar a Jeongin.
―Es mi chófer ―dijo Hyunjin, sorprendiendo a Jeongin, quiso decir algo, pero su chófer movió su silla.
Abrió la puerta del auto y el chófer lo sentó en el asiento.
Hyunjin se sentó al lado de Jeongin y el auto comenzó a andar.
―¿Te sorprendí? ―preguntó de manera juguetona ―En el instituto nadie sabe lo que pronto te mostraré.
Jeongin solo asintió, estaba muy nervioso, sería la primera visita a la casa de uno de sus amigos, luego del accidente.
El camino fue largo, uno dónde nadie habló, porque Jeongin estaba pensando en su sueño y Hyunjin creía que Jeongin no quería hablarle.
Se adentraron hasta la zona más adinerada de Busan, pero el auto no se detuvo ahí, siguió hasta llegar a la última casa del lugar, era una hermosa mansión.
―Jeongin ya llegamos.
Jeongin lo miró, de pronto sintiéndose culpable por ignorarlo sin querer.
―Si, Amm... Hyunjin ―sostuvo la mano contraria.
―¿Sí?
―Lo siento, no te estaba ignorando a propósito, es solo que estoy pensando en algo... ―Hyunjin no le dijo nada, solo dió unas ligeras caricias en su mano, causando un calor agradable en ellas.
―Descuida, aunque quisiera que me dijeras que es lo que te tiene pensando de esa manera, pero sé que debo esperar.
Le sonrió, ambos se quedaron mirando, haciendo un contacto visual que ninguno quiso romper, sentían una ligera atracción que no sabían de dónde salió.
―Ya está su silla joven ―dijo el chófer, haciendo que ambos desvíen la mirada.
―Sí, gracias ―dijo Hyunjin con la voz un poco distorsionada, era muy extraño ―vamos ―salió del auto, haciendo que el chófer ayudará a Jeongin, mientras Hyunjin caminaba hacia la puerta principal.
En cuanto Jeongin se encontró en su silla comenzó a ir a la puerta, dónde seis empleadas lo esperaban.
―¡Bienvenido! ―todas hicieron una reverencia de noventa grados.
―Ah... Gracias ―Jeongin condujo su silla, entrando a la mansión, era muy bonito, tenía varias pinturas en las paredes, junto con algunas fotos y algunas decoraciones que Jeongin no sabía cómo se llamaba.
―Jeongin por aquí ―llamó Hyunjin, desde una habitación de la planta baja.
Jeongin fue hasta ahí, viendo el hermoso estudio de arte que tenía Hyunjin, varios lienzos y pinceles por un lado, muchos cuadros por el otro y un colchón con una frazada en la esquina de toda la habitación.
―Es...
―Lo sé, es un desastre, pero es porque estoy recolectando algunas pinturas que hice antes, así tendré una parte de mi exhibición lista.
Jeongin abrió sus ojos por la repentina noticia, no creía que él favor que Hyunjin le pidió fuera para algo tan grande.
―¿Por qué no me dijiste que debía pintar para tu exhibición de arte?
Hyunjin se mordió el labio, sabía que debió decirlo antes, pero tenía miedo de que Jeongin no quiera ayudarlo.
―Tuve miedo, porque eras la única persona que ví pintar de esa manera, y creí que no me ayudarías.
Jeongin se cruzó de brazos, claro, le molestó que no le dijera la verdad, pero siendo sinceros, Jeongin tampoco le dijo para quien quiere ganar el trofeo.
―Si me lo decías hace dos días no te ayudaría, pero ahora también te necesito, así que estamos a mano.
La puerta fue tocada, para luego que una empleada abra la puerta, mostrando la mochila de Jeongin.
―Disculpe Joven Hyunjin, pero el chófer me mandó a que le trajera está mochila.
Hyunjin fue donde ella y recibió la mochila.
―Gracias y ¿le puedes decir a Seohyun que prepare una merienda? Gracias~
Jeongin inclinó hacia un lado su cabeza, Hyunjin era muy amable con los empleados.
Hyunjin le dió la mochila y fue donde sus lienzos.
―Jeongin estuvimos con lo de expresar tus sentimientos, pero ahora es momento de reflejarlo, es momento de pintar ―de un mueble sacó varios pinceles y pinturas.
―Amm... Hyunjin, yo... hice un dibujo en tu cuaderno, y... quisiera que lo veas ―bajo la mirada, estaba entre avergonzado y arrepentido.
―¡Claro! Vamos muéstrame ―extendió su mano, esperando que Jeongin le mostrará el dibujo.
Sacó de su mochila el cuaderno, buscando entre las últimas hojas el dibujo que en la noche hizo.
Hyunjin sostuvo el cuaderno en la hoja que Jeongin le indico, viendo un árbol en otoño, perdiendo cada vez su hojas, pero que trataba de aferrarse a ellas, aunque el viento era más fuerte.
―Jeongin... ¡Esto es fantástico! ―Jeongin subió su mirada, viendo la sonrisa que Hyunjin le regalaba, un pequeño calor recorrió su mejillas ―es el apego, el árbol no quiere dejar sus hojas porque ya no será el mismo, y le tiene miedo a eso, el dibujo es muy bonito.
―El significado en sí, es más profundo, porque... ―Jeongin tenía la opción de no decirle, pero quería hacerlo, quería desahogarse ―el árbol soy yo y las hojas son mis sueños, las oportunidades que tenía, las metas, mi yo de antes. El viento es la vida, el destino, quien me quito todo con una simple brisa.
Hyunjin lo miró atónito, esas palabras causaron empatía en él, causó un torbellino de emociones que no sabía cual era la dominante, sentía tristeza, melancolía, nostalgia, e incluso anhelo.
―Wow... ―Hyunjin volvió a mirar el dibujo, viendo ahora como el árbol se aferraba con mucha fuerza a sus hojas ―Jeongin ―llamó, viendo cómo el contrario lloraba en silencio, se acercó a él y le dió un abrazo ―Lo estás haciendo bien, lo haces bien Innie.
Y esas palabras fueron un abrazo para su corazón, uniendo los pedazos rotos, logrando que su corazón vuelva a sentir una emoción nueva. Algo que jamás sintió.
31/07/24
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Fulfilling dreams [Hyunin]
FanfictionExisten personas que se esmeran demasiado para lograr sus sueños, pero el destino no quiere ponerlo fácil. Hwang Hyunjin con solo dieciséis años tenía un talento innato para la pintura, cada una de sus obras era elogiada, pero un enorme obstáculo se...