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Sus manos recorrían mi espalda baja atrayéndome más a él de manera que ambos nos sintiéramos más unidos a pesar de estar besándonos.
A medida que nuestro beso se hacía más profundo y largo, el aroma a su perfume se hacía presente convirtiéndose en una droga para mi.
Por alguna razón no quería separarme de él, pero la necesidad de respirar se había hecho una de nuestras principales prioridades.
Sin más, como si nos hubieramos puesto de acuerdo, nos separamos.
Mi respiración se tornó agitada intentando recuperar el oxígeno que había perdido y necesitaba con urgencia llenar mis pulmones.
Agradecía el hecho haber utilizado un labial suave y no uno de color intenso ya que lo que menos buscaba era dejar evidencias que había estado besándome con alguien minutos después que le había jurado a mi madre que no tenía a nadie en mi vida.
—Lo siento— pronunció luego de un largo silencio y me limité mirar a sus ojos llevando una mano a mi pecho un poco incredula de lo que acababa de suceder.
—Descuida... no pasa nada— respondí.
—No debí hacerlo. De verdad lo siento—
—No puedes decir eso luego de haberlo hecho. No, no debes— dije un poco dólida.
—Blair... eres mi alumna—
—No eres profesor de Harvard— pronuncié en defensa.
—Lo soy. Solo por unos días al año, pero lo soy—
—Entonces de debiste haber venido hasta aquí— la molestia en mi voz se hizo presente y este relajó sus expresiones duras que reflejaba su rostro.
—Para ser honesto ni siquiera yo sé el porqué. Pensé que lo de esa noche había quedado en el olvido. Pero yo quería conocerte más. Pero al verte en el salón...—
—Eso no te justifica lo que acabas de hacer—
—¡Ble!— se escuchó a lo lejos.
—Debes irte— pronuncié al voltear a ver como mi hermano me buscaba y Carl se encontraba detrás de ellos.
—¡Ble!—
—¡Ble!
—Blair...— escuché como poco a poco la voz se distorsionaba y pasaba a una femenina —¡Blair!— esuché con mayor claridad y salí de mis pensamientos.
El sonido del saxofón inundó mis oídos al igual que el ruido que emitían los cubiertos al igual que el ruido de las personas conversando y ríendo. Me sentía totalmente fuera de lugar.
—¿Si?— pregunté regresando al presente y enfoqué la mirada en la chica que me había mencionado.
