¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Octubre 28, 2020 Italia.
Viva el amor.
Viva el sexo.
Y viva el dinero.
Estaba más que claro que no era la única persona en el mundo alabando estos tres pilares fundamentales en la vida del ser humano.
No hay nada más placentero que disfrutar de estas tres con la persona que más amas.
Toto cada día se comportaba como si fuera nuestra primera vez en un cita y este tratara de impresionarme para mantener el interés en él y aceptar una segunda cita.
Las cosas entre los dos iban muy bien para ser honesta.
Nuestra relación estaba de lo más estable posible a pesar de tener a Horner en nuestro entorno los fines de semana de carrera.
Me había alejado de él con la ayuda de Geri que le hacía ver a Horner que no tenía porqué actuar de manera dictatorial como si tuviese poder sobre todo.
Pero las cosas no eran así.
Y ella le hacía saber que yo ya no era una niña.
Estaba seguro que el hombre estaba fingiendo ser el hombre comprensible del mundo antes de atacar.
Las cosas con Wolff iban muy bien. De hecho, cada vez era mejor.
En mi vida personal y profesional todo estaba yendo muy bien. O eso quería creer. La verdad era que me estaba preparando para lanzar al mercado mi empresa por lo que le dedicaba algunas horas del día a mi vida profesional.
Aún estaba indecisa del sitio en donde se encontraría la oficina central. Aunque lo más probable es que sea en Mónaco ya que era el sitio en el que yo me encontraba viviendo con Toto.
La semana de carrera se había presentado una vez más y esta vez era nada más y nada menos que en Italia. Uno de mis países favoritos.
Había decidido dar un pequeño paseo para liberar mi mente un rato ya que ultimamente me encontraba harta de pasar tiempo encerrada en las habitaciones de los hoteles en los que nos hospedábamos. Hace dos semanas habíamos habíamos viajado a Mónaco para pasar unos días en casa ya que de verdad eran necesarios.
No hay nada mejor que disfrutar de una comida hecha en casa.
Le mencioné a Toto que quería quedarme más tiempo en casa y claro que había invitado a mis amigas el fin de semana mientras él se encontraba en Portugal debido a las carreras.
Estaba más que obvio que no me perdería por nada del mundo el viaje a Italia para estar al lado de mi novio y por supuesto para recorrer las calles juntos y comprando cualquier tontera que nos pareciera atractiva.
Pero esta vez me encontraba sola.
Toto tenía una reunión importante con el equipo y luego una reunión con los directores de todas las escuderías por lo que estaría ocupado cuatro horas.
