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—Buenos días— dije entrando a la suite y este me miró confundido.
—Buenos días— me miró de pies a cabeza.
—Lo siento— dije aproximándome a él —Desperté temprano y te vi tan dormido y yo me siento más que con energías, fui un rato a caminar. Pero iré a pilates— dije feliz.
—Eso veo— dijo —Yo también debo bajar al gimnasio. Pero iré a correr así unos minutos ya que debemos bajar a desayunar. Hoy es un día extremadamente largo y de mucha presión— hizo una mueca.
—Entonces aquí estaré— besé sus labios y luego caminé al baño —¡Por cierto, me encontré con la doctora!— grité para que este escuchara.
—¿Y qué te dijo?— preguntó entrando al baño para encender la ducha.
—Que me veía mejor, pero que siguiera tomando el medicamento si me llegaba a sentir mal por el sol que habrá este día en el circuito— dije y este asintió.
—¿Cuánto dura la clase de pilates?— preguntó.
—Una hora aproximadamente— dije mientras salía de lavarme las manos.
—¿Entonces nos vemos aquí en una hora?— preguntó desde el cuarto de baño.
—¡Si!— grité —¡Solo preparo unas cosas!—
Entré al baño nuevamente para hacerme un peinado descente y me hidraté los labios.
—Bajemos juntos, te esperaré en el sofá— pronuncié antes de salir de la habitación y tomé el móvil para responder unos mensajes que tenía pendiente—
Minutos después, Wolff ya estaba listo y se aproximó a mi tomándome de la mano haciendo que me pusiera de pie y me besó.
—Perdón, buenos días, guapa— pronunció alejándose de mi —Vamos— dijo tomando mi cintura —¿Llevas todo?— preguntó y yo asentí —De acuerdo, entonces bajemos—
—De hecho, el salón de pilates está en el último nivel, al igual que el gimnasio— dije nerviosa.
—Entonces hay que ir arriba— pronunció riendo.
Esperamos el ascensor y cuando als puertas se abrieron, dos sujetos se encontraban dentro.
—Wolff— dijo uno de ellos.
—Buenos días, chicos— saludó Wolff y me indicó que entrara.
—¿Vas al gimnasio?— preguntó uno de ellos y este asintió.
—Les presento a Blair— dijo haciendo espacio para que les saludara —Blair, ellos son pilotos de McLaren. Carlos y Lando— sonrió y miré a ambos mientras extendía mi brazo.
—Mucho gusto— sonreí —Soy Blair— el que no conocía se acercó a mi y besó mi mejilla.
—Carlos Sainz, el gusto es mío— dijo alejándose de mi.
