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—¡Llegaste!— exclamé emocionada mientras me abalanzaba sobre él para darle un abrazo bien merecido.
Sus manos envolvieron mi espalda baja alzándome por los aires y dio unas vueltas mientras su hermosa y distinguida risa me contagiaban provocando que yo soltara una risilla de emoción al tenerlo una vez más cerca de mi.
—Te he extrañado— dijo este mientras de quedaba estático y alejé mi rostro de su hombro para poder verlo —Pero ya te tengo a mi lado— sonrió antes de acercar su rostro al mío para unir nuestros labios en un fugaz beso que me hizo recordar el porqué estaba encantada con ellos.
—¿Cómo estuvo el viaje?— pregunté acariciando su cabeza mientras peinaba su cabello con mis dedos.
Poco a poco me colocó en el suelo y besó mi frente cuando una vez más me abrazó y yo hice lo mismo dejando reposar mi cabeza sobre su pecho.
—Cansado, no te voy a mentir. Estuve trabajando, la verdad es que hay muchas cosas que están sucediendo y tu querido Horner informó algo a la FIA diciendo que el auto tiene algunas alteraciones y están solicitando revisión— dijo de mala gana a lo que yo me separé y fruncí el ceño.
—¿Lo dices en serio?— pregunté y este asintió.
—Pero descuida. Ya estamos trabajando en eso. Lo gracioso es que McLaren piensa lo mismo de Red Bull por lo que también investigarán los autos— soltó con diversión y yo reí a lo bajo.
—Entiendo— dije tomando su mano y este avanzó detrás de mi con su maleta —Pero por el momento debes descansar. Yo iré a reunirme con papá a la oficina— hice una mueca de lado.
—¿Quieres que vaya contigo?— preguntó y yo negué.
—Debes descansar. Después puedes llegar a la empresa. O mejor descansa todo el día ya que mis padres desean una cena y mi hermano parece más entusiasmado pro verte y pasar tiempo contigo que disfrutar de la compañía de su hermana que literalmente le cambió el pañal en distintas ocasiones— rodé mis ojos y este soltó una risilla.
—No seas celosa— dijo este besando mis labios una vez más mientras se aguantaba las ganas de reír.
—No lo estoy— dije en defensa —Además, está tan emocionado por mostrarte sus habilidades en el esgrima— solté una risotada al recordar que la última vez que lo había ido a ver, se tropezó con sus propios pies y cayó justo cuando tenía dos segundos se haber iniciado el juego —Créeme, te vas a divertir— dije abrazándolo.
—Eso espero— dijo riendo a lo bajo.
—Ve a tomar una ducha. Yo te prepararé algo rápido porque estoy segura que no has comido bien y debes tener mucha hambre— hice una mueca y este asintió.
—Odio que me conozcas tanto— dijo con diversión y comenzó a subir las escaleras que llevaban al segundo nivel.
—Tengo que estar al pendiente de tus cosas— mencioné con diversión mientras caminaba a la zona en donde estaba la cocina.
