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—Buenos días— escuché a mi lado al abrir mis ojos.
Volteé a ver a Wolff que se encontraba a mi lado observándome con una enorme sonrisa. Su mano reposaba cómodamente sobre vientre hasta que comenzó a bajarla y acariciar una de mis piernas.
—Buenos días— pronuncié y un bostezo salió de mi.
Estiré mi cuerpo como de costumbre e hice un sonido de satisfacción.
Escuché una risilla de su parte provocando que sonrieron y subí mi pierna en la de él para abrazarlo.
Apoyé mi cabeza sobre su pecho y pude sentir su respiración más que tranquila haciéndome sentir realmente cómoda.
—Me gusta— pronunció.
—¿El qué?— pregunté.
—Despertar a tu lado— dijo besando mi cabeza.
Lo abracé con un poco de fuerza y sonreí besando su pecho.
—Lo sé— susurré —Es genial— pronuncié.
—No quiero levantarme— pronunció acariciando mi espalda.
—¿Dormiste bien?— pregunté.
—Más que bien—
—Me alegro mucho— sonreí.
—Tú cama es realmente cómoda—
—Gracias— susurré —Aunque no lo creas...— comencé acariciando su pecho y con mi brazo derecho me apoyé para verlo mejor —Jamás en mi vida creí que te tendría en esta cama— reí.
—Pues déjame decirte que esto lo has logrado tú— pronunció acariciando mi mentón —Blair, jamás en mi vida creí viajar a otro continente para hablar con una mujer sobre nuestra situación— dijo con diversión —Y peor aún, arriesgándome a que me mandara al demonio— alzó una ceja con diversión.
—Prometo que no volverá a pasar— pronuncié entrelazando nuestras manos.
Estaba por pronunciar algo hasta que algo lo detuvo.
Mi celular.
—Deja y te lo paso— pronunció tomando el móvil y me lo tendió.
—Gracias— dije besando sus labios.
Contesté la llamada sin ver de quién se trataba mié tras me acomodaba mejor en la cama.
—Hola—
—¡Mi amor!— escuché al otro lado de la línea y miré rápido a Wolff.
