Parte Dos: Residentes del Tártaro

7 3 0
                                    

La oscuridad inmensa de Érebo se acomodaba en un sitio específico en la otra vida, un lugar donde las almas más inmundas y corroídas esperaban en vano la salvación de su eterno castigo: El Tártaro.

Deidad primordial incluso más antigua que Érebo, pero más joven en orden después del despertar de Caos y Gea, la madre tierra. Un sinónimo del infierno y de hecho, uno de los tres destinos deparables después de la muerte, si lograbas llegar a él y no zambullirte incinerado eternamente en el Estigia. El peor sitio para un alma y una mazmorra de sufrimiento eterno, El Tártaro también era utilizado por Zeus y los Olímpicos como una especie de prisión para los Titanes.

Por su abismal distancia incluso del Inframundo general tal como la distancia que había de la tierra al cielo, era el sitio predilecto para una eternidad de dolor y deseo, el peor deseo que jamás se vería cumplido: un segundo sin retorno.

𝑬𝒍 𝑨𝒓𝒄𝒉𝒊𝒗𝒐 𝒅𝒆 𝑳𝒂𝒔 𝑭𝒖𝒓𝒊𝒂𝒔 𝟐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora