VII. Errantes

5 3 0
                                    

Y ahora,
marchemos hermanos míos

con prisa y sin demora,
que muy tarde aún no es,
que justa es ya la hora,

que no sirven de más nada
ni tu fe lo suficiente

y no nos hartaremos
hasta llenar el recipiente.

¿Dudan ya? Es el momento,
que las hogueras se aproximen,

que mis huesos ya no tiemblen,
que mis manos te asesinen

pues me desperté y violento
pido a mi voz que no suspire,

un deseo al firmamento:
que tu ser ya no respire

mientras mis manos viajan lento
para que el lápiz te satíre.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



𝑬𝒍 𝑨𝒓𝒄𝒉𝒊𝒗𝒐 𝒅𝒆 𝑳𝒂𝒔 𝑭𝒖𝒓𝒊𝒂𝒔 𝟐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora