XVIII. Temor

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Tu mirada es un arte,
tu sonrisa es un cielo,
mueren mis labios por besarte,
oh, razón de mi desvelo.

Tu belleza es absoluta;
tu cabello, un ancho mar;
tus brazos mi segura ruta:
yo contigo quiero estar.

Si me ves en tus recuerdos
y en tus sueños hay de mí,
quedará al descubierto
que yo anhelo tu existir.

¿Tú odias la cafeína
pero tu sonrisa me despierta?
Mi niña de mirar divina
que a mi razón le desconcierta.

Y si acaso no amanece,
iré yo pues a buscarte.
Te culparía si las flores reverdecen,
si la brisa de ti carece
en quienes no paro de encontrarte.

Yo te amo más de cerca,
¿pero me amas tú a mí?
Dejé la puerta entreabierta,
así ágil me advierta
cuando te vea venir.

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𝑬𝒍 𝑨𝒓𝒄𝒉𝒊𝒗𝒐 𝒅𝒆 𝑳𝒂𝒔 𝑭𝒖𝒓𝒊𝒂𝒔 𝟐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora