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EL TRAJE AZUL CON PANTALÓN NEGRO LE GUSTABAN, LO QUE YA NO LE GUSTABA ERAN SUS zapatos, estaban viejos a pesar de que los limpio durante todo el día de ayer, Xanthos era alguien especial a palabras de su mismo padre, siempre queriendo las cosas li...

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EL TRAJE AZUL CON PANTALÓN NEGRO LE GUSTABAN, LO QUE YA NO LE GUSTABA ERAN SUS zapatos, estaban viejos a pesar de que los limpio durante todo el día de ayer, Xanthos era alguien especial a palabras de su mismo padre, siempre queriendo las cosas limpias y metido entre libros.

Siempre le atrajeron los animales, daba igual cuales fueran, pero los amaba muchísimo aunque tenía un preferido y esas eran las serpientes siempre tan enigmáticas y eso pensó al ver a su madrastra Evelyn, no era una mala mujer en realidad ya que era bastante cuidadosa aunque podía sentir claramente su incomodidad hacia él o su pequeño hermano menor. 

Se caso con su padre ya que ambos se enamoraron, amor... Que estupidez, no pensaba que el amor fuera estúpido en si, más bien que las personas eran estúpidas ya que por amor Evelyn se caso con su padre sin pensar antes que él ya tenía dos hijos cosa que la incomodaba ya que no era una mujer fértil.

- Xanthos - su padre - Ven aquí hijo -

Camino hacia él con aburrimiento sintiendo como este acomoda su camisa ¿Para qué lo hacía? Ya estaba bien como estaba antes.

- Alto, tendrá arrugas - dice con brusquedad alejando las manos de su progenitor

- Siempre tan independiente - sonríe el hombre - Por eso te pido que cuides bien de Peeta hoy, es la primera vez que ira a ver como es todo así que se cuidadoso -

- Si - acepta

Su madre biología murió al dar a luz a su hermano menor, recuerda que había mucha sangre.

Muchos hubieran odiado a sus hermanos por eso, pero él no ya que Peeta era un pequeño sol quien siempre corría hacia él cuando lo veía así que era una de las muy pocas personas que realmente amaba con sinceridad.

Amaba a su padre... A veces, era a su parecer alguien muy débil, respetaba a Evelyn y luego estaba Peeta así que su círculo de seres humanos que quería se centraban en su hermano menor y él ya que el amor propio era importante para un buen desarrollo o al menos eso leyó en alguna parte.

Así que camino con tranquilidad por las horrendas calles del distrito doce, pero era lo que había así que ahí estaba viendo con aburrimiento a todo el mundo a su al rededor, realmente no le importaba ya que su nombre estaba ahí al menos una o dos veces, así que daba igual porque su nombre no saldría.

- ¡Xanthos Mellark! - grita Effie la escolta de su distrito

Oh...

Si no fuera por el grito de su hermano menor entonces se hubiera quedado ahí como piedra entre tantos chicos, pero en su lugar camino, su rostro tenía rasgos delicados así que a simple vista se veía como un niño asustado, un conejo en medio de lobos, pero su mirada... Él era el lobo.

Si ganaba tendría la visa básicamente arreglada, tendría una vida sin preocupaciones y sería completamente independiente pudiendo darle una buena vida a Peeta quien lloraba en los brazos de su padre, le impresiono ver a Evelyn soltar lágrimas, al parecer si le importaba.

- Estos son nuestros valientes tributos de este años - aplaude Effie

Voltea, era una chica castaña con ojos azules muy intensos, tenía al menos dieciséis o diecisiete así que simplemente la saludo con la mano de la manera más educada posible para luego ver al frente ¿eso se sentía ir a la gloria? Pensó que debía de ser mejor.

Sentir a los agentes de la paz llevándolo hacia una sala dentro del edificio, su familia se despedirá de él como la de su compañera así que no fue una sorpresa ver los ojos llorosos de los tres, solo abrazo a Peeta, odiaba el contacto físico que sea innecesario.

- Lucha con todas tus fuerzas - dice Evelyn con pequeñas lágrimas

Asiente con la cabeza acariciando la espalda de su hermano mayor quien lloraba sin cesar mientras se aferraba a él y fue cuando sintió a su padre dejando un collar en su cuello.

- Esto le perteneció a tu abuelo y me lo dio a mi así que ahora es tuyo - dice con lágrimas en los ojos

Era una cadena cualquiera, pero tenía un anillo... Era precioso.

- Vuelve a casa - pide Peeta

Fue cuando por fin soltó varias lágrimas, pero fue por ver a su pequeño hermano rogar a que lo dejaran más tiempo con él mientras era arrastrado hacia afuera.

- ¡Ganare por ti! - grita hacia su pequeño sol

Los demás niños lo veían siempre raro, lo molestaban sin cesar debido a que lo consideraban alguien extraño como débil, su padre jamás llegó a defenderlo ya que estaba más ocupado en otras cosas, Evelyn ni siquiera podía verlo a los ojos, su madre estaba muerta y solo tenía a Peeta quien siempre alegraba sus días con sus sonrisas... Ganará, volverá como un campeón para darle una buena vida a Peeta como siempre lo mereció.

Su compañera se llamaba Caroline Chase, al parecer buena con un picó para sacar carbón, no le debía de importar ya que ganará así que no debía de querer o apreciar a alguien, pero debía de mantener un perfil bajo, debía de dar una impresión sumisa o débil e incluso de su propio mentor así su misión será un éxito ya que los profesionales no lo verán y eso lo aprovechará para poder atacar cuando menos se lo esperen.

Necesitaba aprender a hacer nudos, trampas, sabía usar el cuchillo debido a su experiencia en la panadería aunque dudaba mucho que la piel humana sea igual a la de una masa para hacer pastelillos en el cumpleaños del alcalde, por eso debía de aprender para cuando sea necesario los usará a su favor así que ahora debía de tener una mirada triste e incluso se pellizco hasta sacarse sangre para poder llorar y claro que eso consoló a las dos mujeres que estaban dentro del auto e incluso vio a los niños que lo molestaban mirándolo con pena... Que estúpidos eran todos, amara ver sus rostros cuando vuelva con la victoria.

𝗠𝗢𝗖𝗞𝗜𝗡𝗚𝗝𝗔𝗬²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora