𝗠𝗢𝗖𝗞𝗜𝗡𝗚𝗝𝗔𝗬²

iv.

LOS DÍAS FUERON IGUAL DE ABURRIDOS PARA ÉL YA QUE SOLO SE DEDICABA A PLANEAR como al igual a entrenar con la espada obligatoriamente con Caroline que parecía decidida a que debía de ser el mejor con ese arma ¿a quien le importaba? Días de entrenamiento no lo harán el mejor, apreciaba el esfuerzo, pero no será el mejor con una espada pesada para él y a penas días de entrenamiento que duraron solo pocas horas.

Así que Caroline le dijo, casi le exigió que mostrará lo poco que sabe en su demostración con los vigilantes, era obvio que no lo haría a pesar de su constante exigencia en cambio demostraría lo que puede hacer con el pincel, después de todo trabajaba en la panadería decorando pasteles como se pueda así que tanto él como Peeta saben pintar y quizás si divulga lo que hizo solo causará aún más pena.

Jugaba con sus dedos mientras caminaba de regreso a su nivel del edificio donde seguramente estaría Haymitch tirado en el sillón con una botella en manos, pero ese pensamiento fue interrumpido al toparse con alguien y al querer disculparse se sorprendió al ver el aspecto de la persona con quien tropezó, pero en seguida dejo esa expresión al pensar que fue grosero.

- Lo siento - se disculpo en seguida bajando la mirada

Muy pocas cosas lo sorprenden, pero ver a una mujer tan alta con aspecto de tigre era algo sorprendente de ver.

- No te preocupes dulce niño - hasta su voz se escuchaba como un ronroneo, no sabía si le gustaba o asustaba

- ¿Eres estilista? - pregunta curioso

Era extraño, se sentía atraído a ella debido a su imagen física ¿podían culparlo? Era fascinante ver a alguien de esa manera y sobretodo teniendo todas las características de un tigre.

- Así es - sonrío, fue increíble ver como sus bigotes falsos también se movían

- ¿Cuál es tu nombre? - pregunto educadamente

- Soy Tigris - se presenta

Hasta su nombre era fascinante.

- Me llamo Xanthos Mellark - habla con educación

Sus ojos, parecía como si le hubieran dicho un escándalo.

- Encantada pequeña perla - sonrío

No entendía porque lo llamaban así, no era una perla, no era delicado, debía de admitir que era atractivo, pero no era alguien delicado como son las perlas o quizás eran sus rasgos.

- Es un placer conocerla - sonrío

Realmente tenía algo enigmático, como una especie de canto de sirena que lo llamaba sin cesar y eso era algo que nunca antes le había pasado como otra persona hasta esta mujer con un aspecto interesante.

- Supongo que ya debo de irme al igual que tu así que fue un placer conocerte pequeño - su voz era tranquila, como un arrullo

- Supongo que si, adiós - se despide con suavidad

Fue extraño, nunca antes había tenido una conversación así de corta o de extraña aunque realmente la mayoría de las veces no era de muchas palabras ya que le parecía innecesario hablar tanto así que se guardaba todo para si solo o eso era la mayor parte de las veces.

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JUGABA CON SUS DEDOS UNA VEZ MAS MIENTRAS VEÍA COMO TRIBUTO TRAS TRIBUTO era llamado para su demostración con los vigilantes, eran el último distrito así que son los últimos en pasar, aunque eso le daba cierta ventaja ya que veía el rostro de quienes salían y en su mayoría parecían victoriosos.

- Xanthos Mellark, distrito doce - la voz mecánica lo llamo

Camino fingiendo timidez mientras entra a la sala de entrenamiento vacía y al elevar su mirada notaba a los vigilantes conversando entre ellos, tomando alcohol de la mejor marca, comiendo los platillos más exquisitos que siempre tienen a su alcance ya que después de todo son privilegiados.

Lo aprovecho, sin hacer mucho ruido tomó las latas de pintura como pinceles y en el sueño comenzó a pintar con rapidez ya que no tenía tanto tiempo como le gustaría tener, primero hizo el cielo, el sol, las nubes y después descendió hacia la tierra para comenzar a hacer el pasto tan verde como se pueda acompañado de primorosas, flores que a su parecer eran muy bellas.

Al voltear noto que ahora todos los vigilantes lo estaban viendo con admiración o más bien a su pintura ya que por lo que sabe el arte era muy apreciado en el capitolio e incluso tiene un museo de arte lleno de todo lo que se considere hermoso y digno. 

- Gracias por su tiempo - dio una reverencia

Sin más sale de la habitación notando que sus manos estaban llenas de pintura, que horrible, tenía que ir a lavarse de inmediato así que camino de nuevo a su piso donde no volteo a ver a su mentor de dudosa higiene ya borracho, se metió al baño en seguida comenzando a lavar la suciedad e incluso la que estaba debajo de sus uñas.

Nunca entendió ese problema que tenia, era demasiado cuidadoso con su higiene personal hasta un punto casi ansioso de saber que estaba sucio e incluso le pedía a las personas que tuvieran las manos limpias antes de tocarlo y lamentablemente eso también incluía a Peeta, de hecho recordaba una vez que le pidió a su profesora que se lavara sus manos antes de estrechar su mano y ella solo lo vio como si fuera un insecto extraño.

- Oye niño - volteo viendo a Caroline, no recordaba que le diera permiso de entrar a la habitación - ¿Estas bien? -

- Si, lo siento - se hace el inocente - Es que me manche con la pintura y no me gusta tener las manos sucias durante mucho tiempo -

- Raro - que directa - Pero supongo que esta bien, la mayoría de los chicos no les importa si están limpios o no -

- Si - susurro

No sabía que más decir es más ¿Qué debía de decir? Así que simplemente se seco las manos esperando que la incomodidad hiciera efecto y Caroline se fuera de su habitación, en cambio comenzó a revisar su cuarto aunque no era tal cual suyo, todo estaba bien ordenado y se aseguró que sus notas como libro estuvieran bien escondido debajo de su cama o más bien dentro de ella, no dejara que nadie sepa como eso o al menos hasta el momento.