𝗠𝗢𝗖𝗞𝗜𝗡𝗚𝗝𝗔𝗬²

ii.

SU MENTOR ERA UN BORRACHO QUE VOMITA Y LUEGO BEBE ASÍ DURANTE MUCHO TIEMPO así que no le dio una gran importancia a un hombre que no conozca la palabra sobrio o tal vez si, pero es una pesadilla para él así que simplemente se quedó quieta con la mirada triste y comiendo pastel de chocolate como un niño asustado, un conejo en medio del bosque sombrío que busca un refugio seguro.

Su viaje al Capitolio será corto debido a que ese tren era muy rápido así que no se molesto ver a las ventanas durante todo el recorrido, solo estaba ahí quieto con los ojos llorosos y jugando con sus dedos, lo último si era verdadero ya que cuando planea suele jugar con sus dedos hasta dejarlos con pellejos de piel e incluso sangran, debía usarlos como ventaja.

Causará pena entre la multitud, para que le tengan lastima y así le envíen algo de vez en cuando, pero ese servirá ya que al ser alguien tachado como débil no causará un revuelo entre los profesionales que probablemente se burlen de él y esperan que muera por ser asesinado por cualquier otro tributo o por no saber sobrevivir.

- ¡Ya estamos aquí! - se anima Effie

El capitolio, lleno de colores, pero lo que más resaltaba de todo era su elegancia entre los ciudadanos que a pesar de usar colores llamativos también usaban tonos pasteles, sobretodo para los niños así que se quedó ahí quieto detrás de Effie, asustado.

- Niño - Caroline lo toma con brusquedad de los hombros - Saluda -

Ella con entusiasmo comienza a saludar de un lugar a otro, ¿como pudo tocarlo de esa manera? Que horrible ¿Acaso nadie le enseñó modales? Eso daba igual ya que con una timidez fingida saludo con su mano, delicadeza era su segundo nombre y elegancia su apellido así que fue sencillo para él provocar al menos un poco de ternura.

Esta muy consciente de su atractivo, sus rasgos finos eran llamativos, sus ojos verdes suaves eran encantadores y su cabello castaño era tentador de tocar así que lo uso a su favor siendo tímido, provocó sonrisas... Era asqueroso, no era un animal de circo aunque lo veía de esa manera, sin duda era repugnante.

Pero más repugnante era ver como otros tributos realmente eran tratados como animales, los bañaron más de dos veces, los depilaron y ni hablar de las mujeres pobres de ella, en cambio él solo fue bañado una vez y le dieron una revisión donde estaba limpio de todo hasta debajo de las uñas de sus pies así que fue rápido que lo sacaran de ahí para esperar a su estilista.

No se molesto en saber su nombre, su traje era por completo negro con joyas simulando llamas de fuego, nada ostentoso o muy llamativo de hecho era normal así que ver a Caroline vestida igual que él no fue una sorpresa, se hizo el tímido dándole una pequeña sonrisa mientras debía de subir al carruaje ¿Será una especie de exhibición? Al parecer por el grito de las personas será así.

No se atrevió a ver el resto de los tributos en cambio se quedó ahí con una supuesta mirada de miedo mientras avanzaba, Caroline trataba de que saludara, pero él fingía miedo y simplemente con la cabeza gacha saludaba con una mano fingiendo sumisión ante todos.

Fue cuando lo vio, era el presidente Snow vestido de un rojo sangre y blanco nieve que irónicamente así era su apellido, ya era viejo por las canas, pero se veía tan pulcro, él era el verdadero significado del poder ya que era la persona más poderosa en todo el Capitolio después de todo era el presidente de Panem.

A su lado derecho estaba su hijo mayor: Cassius Snow acompañado de su esposa Clarisse Cowell que detrás de ella tenía a sus hijos Esme y Eros... Amados, sus nombres significaban amor o que eran amados ¿como se sentirá eso? Sentir amor de una manera genuina por más personas sin llegar a despreciar ese amor porque sabes que es realmente sincero.

Eso ya daba igual, se mantuvo ahí con una imagen que daría pena a cualquiera, pero sin quitar la mirada del presidente Snow ya que conocía su historia, logró llegar al poder siendo aún joven y con una imagen impecable se ganó el corazón de todos, sobretodo cuando los hizo parte de su familia al presentar a sus dos hijos, Narcissa y Cassius que por supuesto su hijo varón copio la acción cuando también nacieron sus dos hijos, era una familia llena de poder que usaba su imagen impecable para controlar el corazón de sus ciudadanos más cercanos.

- Ambos lucieron preciosos - halaga Effie con una sonrisa

- Pero no como posibles ganadores - agrega Haymitch borracho

En seguida bajo la mirada una vez más apenado cosa que enterneció a Effie quien lo abrazo, tuvo que aguantar la sensación de nauseas al recibir contactos físico que a su parecer no era tan necesaria, pero se aguanto durante todo el camino hacia su habitación.

- Haymitch - saluda un joven rubio

- Niño - saluda el adulto

Voltea notando a un joven de quizás dieciséis años, rubio, ojos azules, aura como la de un sol y hoyuelos a cada lado de sus mejillas.

- Lindo - murmura el rubio viéndolo a los ojos

Se sintió extraño así que simplemente por instinto se oculto tras su compañera tributo mientras observaba entre las sombras al nuevo.

- Niños él es Finnick Odair, no es necesario que se presenten, dudo que puedan sobrevivir -

Eso fue grosero.

- Xanthos - susurro aún conservando su imagen sumida - Soy Xanthos -

- Encantado perlita - sonrío

¿Eso era actuar coqueto? No lo sabía así que simplemente asintió con la cabeza para luego irse detrás de Effie quien parecía encantada con su presencia ya que cada que lo veía siempre lo abrazaba, solo se habían conocido desde hace un día y medio así que será realmente raro actuar de esa manera con ella cuando ni con su padre es así de permisivo, pero era parte de su papel ya que era un pequeño niño asustado en los juegos del hambre.