Capítulo 13

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Amber

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Amber

Ver cómo Thomas puso en su lugar a la empleada haciendo respetar y dándome mi lugar como su esposa removió algo en mi corazón ya que no estoy muy acostumbrada que otra persona aparte de Harry y Ava se preocupen o me hagan respetar.

El que me haya dicho hace unas horas que nos íbamos a New York de luna de miel me dejo sorprendida porque nunca pensé que tendría una incluso pensé que se había ido a tomar con su amigo, jamás pensé que se había ido a dejar todo listo para poder irnos sin tener ninguna interrupción.

Dejo de pensar cuando tocan la puerta — Mi niña el almuerzo ya está listo.

Con ese aviso intento salir de la cama pero no puedo ya que Thomas está durmiendo plácidamente mientras me abraza, no voy a negar que me gusta tener a alguien en mi vida pero a veces me preguntó si hice bien en casarme o solo fue un escape a mi soledad.

Trato de deshacerme de sus brazos pero me es imposible ya que mientras intento alejarme más me atrae hacia él, me estoy por darme por vencida pero el rugir de mi panza me hace intentar soltarme de su agarre.

— Ni sueñes que te podrás librar de mi Amber —no conocía este lado posesivo de Thomas.

— Lo lamento pero si lo voy hacer —abre los ojos para fijarlos en mi— tengo hambre y creo aguantar más.

— Mi niña se está enfriando el almuerzo —me gusta como me trata la Nana de Thomas se parece como si tuviera una madre— recuerda que tienes que tomar tus vitaminas para la anemia.

— Ya vamos nana —le dice Thomas.

— Ya se me quitó el apetito —no pienso tomar ninguna pastilla— mejor voy a dormir un rato más.

— Amber vamos a comer —no puedo hacerlo por nada del mundo odio tomar pastillas— amor necesitas alimentarte y superar esa anemia.

— Ya comeré después mejor anda baja tú —Thomas me queda mirando esperando que sea una broma.

Cuando se da cuenta que no lo es empieza a moverse para bajar de la cama logrando por fin salirme con la mía así que empiezo a acomodarme para volver a dormir cuando me arranca el edredón dejándome expuesta al frío, lo quedó mirando sin entender a qué viene esa actitud cuando de tres pasos ya lo tengo a mi lado.

En verdad es la primera vez que lo veo actuar de esta manera ni cuando vivíamos en Leeds se comportaba así, se empieza a agachar y de la nada me toma entre sus brazos mi cerebro sigue sin procesar lo que está pasando solo lo quedó mirando mientras nos estamos dirigiendo hasta la puerta.

— Thomas bájame por favor te lo pido —el implicado ni se inmuta en mirar ya que sigue mirando al frente mientras estamos bajando las escaleras.

— Lo siento cariño pero tú sola te lo buscaste —de la vergüenza escondo mi rostro en su cuello.

Inmensa CoincidenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora