Capitulo XXIX

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—¿Hablar conmigo? — pregunté atónita, y me apresuré en decir;— Ah no, déjame adivinar. Viniste a echarme en cara que fuiste a hablar con Dominik, que él no me quiere ver, que soy una maldita perra que se fue donde Damian, pero no. No estoy de humor. Puedes irte, no estoy para mierdas como esas.

 Al terminar de hablar, la cara de Danielle reflejaba gran sorpresa. Pero no noté ningún tipo de malicia en su rostro, entonces comencé a tomar el peso de mis palabras; había sido grosera. 

>>¿Grosera? ¿Desde cuando te importa lo que le dices a alguien? Ella es una perra.

Mi cabeza piensa por si sola a veces, y tenía razón. No le debo ni una pizca de amabilidad. 

—Eh... —tartamudeó, y acto seguido suspiró— Monika, no vengo con esas intenciones. Digamos que vengo en algo así como ''son de paz'' —hizo comillas con los dedos 

Sigo sin creerle. Y no respondo nada. 

—Se que debe resultarte imposible pensar eso de mi. Eh sido una perra contigo >>Toda la razón. Una perra. Volvió a hablar;—Pero quiero venir a... disculparme. 

¿Disculparse, ella? ¡Pero si es una loca desquiciada, insoportable y jamás ah sido amable conmigo!

 Frunzo el ceño. Esto era imposible. 

—Ah, ya veo, eres la hermana gemela oculta de Danielle, y quieres arreglar sus problemas — sonreí sarcástica —Ve a casa, nadie te creerá que eres ella. Es muy insoportable para que seas Danielle. 

Me miró confundida y luego tomó una bocanada de aire. 

—Monika, no jodas. Hablo en serio. Quiero explicarte todo Sostuve su mirada. Había arrepentimiento. Bueno, al menos eso notaba yo. 

 —Bien. Pero vamos al parque de allá —apunto con la cabeza —Ya sabes...donde estábamos Damian y... —Cállate Monika, cállate — Solo vamos ¿si? 

Asintió. Fuimos en silencio hasta que nos sentamos en uno de los bancos. 

 —¿Y bien? — pregunto mirándola inquisitiva 

—Quítate la imagen de perra que tienes de mi. Sé que debes pensar que esto no es verdad, que te estoy tomando el pelo, o eso. Pero no, lo que te vengo a decir es real. Lo juro —Me miraba seria. 

Guau. Que habilidad de adivinar lo que pensaba. Al menos eso, me hizo quitarme el recelo que le tenía. 

 —Bien, habla ya sin tanto rodeo ¿Quieres? —le ordeno 

Miró al cielo como buscando valentía para hacer lo que se suponga que haría. 

 —Monika... yo, lo siento. Todo. Enserio — suspiró nuevamente— Por intentar copiarte, intentar quitarte a Dominik, luego intentar estar con Damian, pero... todo eso tiene una explicación. 

¿Copiarme? ¿De que diablos me hablaba? Mi expresión de confusión habló por mi. 

—Y bueno... esa explicación es que... —titubeó en si hablar o no. 

 —¡Habla ya! Odio que le den tanta vuelta a las cosas —la miré enfadada 

—Ya, lo siento. 

 —Deja de sentirlo todo. Está bien una vez, pero ya basta —le reproché 

 —Ok, lo... —Se calló y esbozó una sonrisa de disculpa —En fin. Hice todo eso porque te envidio. Bueno, no. Osea si, pero no te envidio así como... 

 La miré aún más confundida. 

 —¿Me envidias? — pregunté 

—Me gustas —hizo amago de sonreír 

Te odio y te amo |Dominik Santorski ☢RESUBIENDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora