Capítulo XXX

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—¡Monika! ¡¿Tienes todo listo?! —gritó mi madre, desde el pasillo del segundo piso

No contesté. 

—¡Monika Makarena! ¡Respóndeme! —volvió a gritar

—¡Jodeeeeeeer, que no digas mi segundo nombre! —exclamé de vuelta

No entiendo porque rayos me pusieron ese nombre. Lo odio, y no me causaba nada de gracia que lo anduviese gritando.

—¡Cuida esas palabras! —exclamó

Odio que me digan que cuide mi boca, o lo que salga de ella. Y también odio, que me digan que hacer, así que no seguí aguantando sus gritos, y atravesé el pasillo sin mirarla, para llegar hasta el piso de abajo. 

Mamá me siguió, y se las arregló para estar plantada frente a mí, con cara de furia a punto de estallar en menos de cinco segundos.

¿Qué tiene? ¿Súper-poderes?

 —¿A dónde crees que vas sin despedirte de tu madre? —suavizó su expresión

Ah, y ahora vienen sus cursilerías.

—Mamá... no te sale lo cariñosa. Nunca lo has sido, ni lo serás —la reproché, e intenté avanzar hasta la puerta

—Hija... —suspiró —Al menos déjame intentarlo. No seas tan dura conmigo

Rodé los ojos. Qué fastidiosa se ponía.

—Ya, mamá. Cómo sea, tengo que irme a la escuela, así que...

—Nada de eso. Dime primero ¿Tienes ya, todo listo? —me miró inquisitiva

—Si, mamá —hablé fastidiada —Todo está jodidamente listo

Abrió los ojos

—Quita el joder de tu vocabulario, o lo quito yo misma —me advirtió, entre broma y en serio.

—Ya —esquivé su mirada

—Bien, ahora si quieres ve o quédate aquí, o... de hecho podrías ir al centro comercial, ve a donde sea que ibas —me sonrió, y se acercó para besarme la mejilla

Una vez se alejó, la miré con una sonrisa fingida, y me limpié su beso. Me miró algo decepcionada, y ladeó la cabeza alejándose hacia la cocina, dónde debía estar papá.

Parece que a mi madre poco le importaba si iba a la escuela o no. Pero, iría de todos modos, porque era el último día escolar de este extraño año, y quería despedirme de algunas personas.

Al fin me libraría de la escuela...aunque sea por un tiempo.

(...)

—¡Heeeey! —Janine corre hacia mi contenta

—Heeey —finjo emoción 

—Uy, por favor, no te animes tanto —bromea — Y bien. Pensé que no vendrías. Dijiste que te valía madres perder días de clase. ¿No odias tanto esta escuela?

La miré sorprendida

—¿Y dejar aquí sola y desprotegida a mi única amiga? ¡Cómo puedes pensar así de mi! —dije sarcástica.

—A mi no me engañas, has venido por Dominik —me mira entrecerrando los ojos, y picoteándome el estómago con los dedos

Mi expresión cambia. La miré seria, y adelanté el paso.

—Ya, disculpa, lo decía en broma —me sigue, y me alcanza

—Bien, pero...—la miro para seguirle hablando, pero otra cosa me llama la atención.

Te odio y te amo |Dominik Santorski ☢RESUBIENDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora