Capitulo XI

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Miré por el rabillo del ojo. Seguía mirándome. Pero le paré el juego, si no lo hacía pensaría que le estaba admitiendo que hiciera esas cosas. Volteé entonces en dirección a él y lo miré mal. Él solo me observó con una expresión de malicia, y luego se mordió los labios, para luego plasmar una sonrisa burlona es sus tentadores labios...¿Acabo de decir tentadores labios? ¡Maldita sea! Es demasiado para mí.

Dominik no ha parado de joderme noche y día. Si, dije noche. Pues, empezando por las miradas, gestos insinuadores, y mensajes por la noche. Le he tratado de decir que no lo haga, pero cada vez que intento hablarle, se acerca a mí y el control a mis sentidos se va bien lejos.

Ya habíamos salido de clases, y estaba en los bancos que quedaban en el patio del colegio. Damian estaba a mi lado. Estar con él, se estaba volviendo imposible.

—Monika, mi tiernita, te voy a decir algo —mi tiernita, si me tenía un y mil apodos así—. No quiero que te vuelvas a acercar, ni le vuelvas a hablar a ese chico.

—¿Qué chico? —pregunté confundida, aunque en el fondo sabía a quién se refería.

—ESE chico, aquél que está parado allá —movió la cabeza en dirección a donde estaba Dominik.

Al mirar, Dominik se percató de que lo estábamos observando, y volteó a mí, se arregló un poco el cabello y me lanzó un beso. Abrí los ojos como dos platos. Damian me miró con la peor expresión.

—¡¿Acaba de tirarte un beso?! —gruñó enfadado—. ¿Y no haces nada?

—¿Y qué pretendes que haga? —pregunté molesta

Ok, es Dominik el que hace los gestos, ¡No yo! Y a Damian se le ocurre reclamarme a mí.

—No lo sé, dile que pare o algo —miró a otro lado molesto—. No, de hecho yo hablaré con él, tu ni lo mires ¿Ok?

Me estaba ordenando. Últimamente, estaba siendo poco menos la marioneta de Damian. ''Se más cariñosa'', ''No me gusta cómo te vistes, ponte más femenina'', ''¡No me sueltes la mano!'', ''cambia tu personalidad'', ''No lo mires, ni le hables'' ¿Qué faltaba ahora? ¿''No respires''?

Antes de que pudiera reclamar a lo que me acababa de decir, él se levantó y se dirigía a paso rápido donde se encontraba Dominik. Me levanté y fui tras de él.

—¡Damian! Detente —exclamé mientras caminaba

—¡No! ¡Devuélvete! ¡Te dije que te quedaras ahí! —gritó volteándose

Esto ya pasó los limites.

—¡No soy la muñeca de nadie! ¡Joder, que me dejes de tratar como si me manejaras!

Damian no hizo caso a lo que dije, y siguió adelante. Llegó hasta donde estaba Dominik, hecho una furia. Yo llegué un poco después.

—¡¿Qué te crees?! ¡Le acabas de mandar un beso a mi novia! ¡Mi novia! —le gritó a Dominik

Él ni se inmutó. Sólo lo miró con aires de despreocupación, me miró a mí, y se sonrió.

—Yo le tiro besos, y le doy besos cuando quiera —dijo lento

—¿Qué? —le susurré a Dominik casi inaudible, moviendo los labios atrás de Damian. Estaba histérica. ¿Le acaba de decir eso? No lo creía.

Damian volteó hacía atrás.

—¿Te ha besado acaso? —preguntó cerca.

—Yo...¡No, claro que no! —exclamé nerviosa, Damian volvió hasta donde Dominik.

Te odio y te amo |Dominik Santorski ☢RESUBIENDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora