Capitulo XVI

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Estaba a punto de estar lista. Lista para ir al más jodidamente genial concierto y más esperado en mi vida. ¡Y de Alesana!

Como ya he dicho antes no soy de arreglarme, pero esta vez sí lo hice. ¿Cómo sé si en una de esas puedo saludar a Shawn? Ok, mejor dejo de soñar un minuto.

Sonó el celular.

—¿Aló? —contesté—. ¿Quién tiene el gusto de estar hablando conmigo? —pregunté en tono de burla, sabía que era Dominik

—Claro, como si fuese tan genial hablar contigo —rio sarcástico—. Oye te estoy esperando hace veinte minutos acá, ¿Cuánto te falta?

—Poco, ya voy saliendo tonto impaciente —colgué.

Digamos que no éramos una pareja muy normal. Normalmente una pareja estaría con la cursilería del ''corta tú, no corta tú''.

Salí apresurada entonces de mi casa, y llegué hasta la esquina en donde habíamos quedado de juntarnos con Dominik. Si, eso de que el novio vaya a buscar a la novia a la puerta de la casa, lo encuentro que está de más. La muy floja, puede caminar perfectamente hasta un lugar de encuentro ¿No? O simplemente soy una bruta en esas cosas.

Dominik al verme, juntó sus manos e hizo como si estuviese agradeciendo al cielo.

—¡Al fin! Poco más y ya envejezco —se acercó

—Hola Monika, ¡Qué linda te ves! Ay gracias, ya lo sabía —dije burlonamente y el me miró sonriente

—¿Linda? No estás linda —habló entre risas

Le mande una mirada asesina.

—Estas como para llevarte a lo oscuro —levantó la cejas gracioso y lo empujé levemente

—Idiota —lo miré fingiendo enojo

Se acercó y enrolló sus brazos en mi cintura, acercando su boca con la mía.

Nuestros labios se mezclaban con fuerza, y a cada instante Dominik me tiraba bruscamente hasta él, apretando mi abdomen contra el suyo. Era un sensación única estar tan apegada a él. Nos besábamos como si no hubiese un mañana.

—¡Vayan a un hotel! —gritó alguien desde un auto, y siguió su camino.

Nos separamos, y Dominik se puso a reír.

—¿Vamos? Nos atrasaremos —hablé aún algo avergonzada por el comentario del tipo del auto.

—¿Y si mejor vamos a un hotel? —me miró a punto de soltar a reír

Lo miré molesta, porque me incomodaba que dijera eso. O quizás me avergonzaba y me ponía nerviosa. Y él acto seguido comenzó a reír

—¡Sólo bromeaba! —siguió riendo—. Vamos Monika

Fuimos entonces hasta el estadio en donde se haría el concierto. Estaba realmente loca de ansiedad por verlos. Al llegar allí, era una locura. Estaba repleto, ¡Lleno!

No se podía respirar. Era asfixiante. Pero entramos como pudimos. Eso sí, sin asientos, eran todos parados y amontonados, pero no me molestaba en lo absoluto, de hecho era mucho mejor. Podría saltar cuanto me diera la gana.

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Luego de que empezó el concierto, todo fue una locura. Todos saltaban, y me incluyo, gritaban, cantaban (obvio) y varias veces casi me caigo. Pero todo comenzó a ponerse extraño en un momento.

Es claro que cuando estas en un concierto, con mucha gente amontonada, es normal que sientas muy apegada a la gente. Pero no podía dejar de notar muy apegado a mí, a alguien detrás mío. Pensé en lo peor. Ya saben, que me querían violar o una cosa así. Pero cuando volteaba, todos estaban concentrados y ensimismados en el concierto, por lo que me sentía estúpida con mis pensamientos tan paranoicos.

Te odio y te amo |Dominik Santorski ☢RESUBIENDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora