CHAPTER 2

292 37 4
                                    

Cuando llegó a su casa fué directamente a su baño para cambiarse y tomar un baño rápido para evitar el resfriado. Su mente seguía divagando en esos breves encuentros que tuvo justo ese día a lo cual su cuerpo aún sentía ciertas emociones entre su estómago y mente. Había algo pero no sabía con exactitud qué era.

Cuando salió del baño, se secó con la toalla y se puso las prendas de ropa más cómodas que encontró: un short gris de pijama y una camiseta blanca.

-¿Por qué llegas a esta hora?. -La madre de Winter había entrado a la habitación de su hija para comprobar el por qué de su retraso. Era una señora bastante jóven, estatura mediana, cabello negro y largo, ojos color negro, tez blanca con mejillas rellenitas. Era atractiva y ciertamente parecía la hermana mayor de Winter.

-Buenas noches. -Dijo Winter antes de mirar brevemente a su madre quien esperaba seriamente una respuesta. -Comenzó a llover y entré a una cafetería mientras esperaba pero al ver la hora no me quedó otra que venirme así. -No era mentir si había algo de verdad, ¿Cierto?.

-¿Por qué no te pusiste el sueter?, ví que llegaste sin el. -Winter sintió cosquillas en sus mejillas al recordar lo que había pasado hace unos minutos pero rápidamente reaccionó y pudo responder.

-Lo olvidé en el salón de clases... -Comenzó a jugar con sus manos.

Su madre la miró fijamente porque si había algo que era casi imposible era que Winter rompiera sus rutinas y olvidaras sus pertenencias. Siempre fué una chica cuidadosa y atenta.

-Tu cena está servida. -Eso fué lo último que dijo su madre antes de salir de la habitación. Winter inhalaba y exhalaba como si le faltara el aire, odiaba mentir.

Después de cenar decidió acostarse en su cama para relajarse mientras miraba videos en internet. Era casi de madrugada pero el día siguiente era sábado así que daba igual porque no tenía clases.

Su celular sonó así que observó la notificación emergente de un número desconocido, era un mensaje de texto.

Desconocido:
Hola. Soy Karina(:

Winter:
Disculpa, ¿Quién eres? No conozco a ninguna Karina.

Karina:
Si no me conoces, ¿Por qué me diste tu sueter?

Winter observó fijamente la pantalla de su celular y sus ojos se abrieron de golpe. ¡La chica hermosa de ese día tenía su número y sabía quien era!. De nuevo, su corazón se aceleró sin razón a lo cual sacudió sus manos para relajarse y cuando iba a responder, otro mensaje apareció en la pantalla.

Karina:
Lamento haber obtenido tu número sin tu consentimiento pero quería agradecerte por el sueter. Tu número me lo dió Ning, soy su mejor amiga y acabo de llegar a la ciudad. Muchas gracias por el sueter, te lo devolveré pronto.

Winter:
No te preocupes, no hay problema con eso. No sabía que conocías a Ningning.

Karina:
Acabo de llegar a la ciudad, fuí al instituto a buscar unos documentos que un profesor tenía para mi y te ví con ella. Me sorprendí al ver que eres la misma chica del sueter.

Una sonrisa se escapó de los labios de Winter porque de alguna forma se alegraba al saber que no fué la única que mantuvo esos sucesos en mente y encima buscó su número de celular solo para agradecerle. Sentía una extraña emoción en su pecho.

Winter:
Entiendo. A mi también me sorprende que seas la misma persona que me-

Por poco envía un mensaje equivocado diciendo "me sorprende que seas la misma persona que atrapó mi atención hoy" pero por suerte borró el mensaje y envió el siguiente.

Winter:
Espero que sea una agradable estadía para ti. Ya debo irme a dormir, ten buenas noches.

Arrojó su celular y decidió ignorar todo el tema al respecto para poder dormir siquiera un poco, estaba cansada mentalmente.

Mientras dormía tuvo una pesadilla en donde escuchaba gritos y llantos como si alguien se estuviera desgarrando, como si alguien estuviera siendo torturado. Winter corría como si su vida dependiera de ellos mientras se golpeaba la cabeza una y otra vez. Sintió que que se quedaba sin aire pero por suerte pudo despertar para comprobar que efectivamente, no estaba respirando. Se sentó en su cama mientras se abrazaba a si misma temblando.

-No es real... -Se susurró a su misma para intentar reducir su nivel de ansiedad pero no funcionaba.

Se puso de pie y caminó lentamente hasta la cocina, miró por la ventana y comprobó que aun no era de día, suspiró y fué por un vaso de agua para luego sentarse en la sala de su casa a escuchar música.

Ese mismo día pero por la tarde, Winter decidió salir a caminar para despejarse un poco, no había podido dormir y se sentía realmente mal. Su cabello color rojizo estaba hecho un desastre así que se colocó una gorra para poder disimularlo al igual que sus ojeras.

Winter era delgada y con un estilo sencillo, no le interesaba lo espontáneo y sinceramente era introvertida. Su circulo social eran su hermana pequeña y sus dos mejores amigas Ning y Aeri.

Caminó hasta su cafetería favorita pero en vez de acercarse al mostrador para pedir algo como siempre hacía, decidió sentarse en la mesa más apartada y suspiró pesadamente. Quería quitarse la cabeza.

-Buenos días, ¿Puedo tomar su orden?. -Una joven alta de cabello negro sonreía con mucho entusiasmo, como si la vida fuera realmente maravillosa, mientras que Winter sentía que todo era un asco.

-Una monster de uva, por favor. -Indicó Winter sin hacer contacto visual a los que la contraria soltó una risita y respondió.

-Eso no te hace bien. -Winter sintió molestia, no estaba de humor para sermones así que levantó la vista para discutir pero sus palabras quedaron a mitad de camino cuando vió a esa hermosa chica, Karina. -¿No puedes hablar?.

-Disculpa... -Winter apartó la mirada y suspiró muy suavemente. -¿Trabajas aquí? De ser así, por favor tráeme lo que ordené... -Murmuró a lo que Karina sonrió amablemente y asintió.

-Te traeré algo para levantarte el ánimo. -Y con esa aura tan alegre, se fué sin dejar que Winter pudiera decir algo más.

Cuando estuvo sola en la mesa, Winter sintió que todo el aire volvió a su cuerpo, se sentía exhausta y sabía que se veía fatal, por primera vez, le importaba lucir bien o al menos presentable. Se acomodó un poco el cabello pero se detuvo de golpe, ¿Por qué debía hacerlo? ¿Y por qué su corazón parecía que se quería escapar de su pecho?. No pudo seguir regañandose mentalmente porque alguien la interrumpió.

-Un rico batido de fresas y un trozo de pastel de chocolate. -Nuevamente Karina sonrió amablemente y se inclinó un poco hacía el rostro de Winter provocando que esta última perdiera el aire. -Lindo color de ojos.

Fué lo último que dijo antes de alejarse para continuar con su trabajo. Winter miró la comida y sin decir nada más se tomó el batido y comió su trozo de tarta. Al terminar con su tortura mental, se puso de pie para cancelar la cuenta en el mostrador pero se le informó que ya habían pagado por ella, eso no le gustó. Dejó el dinero de mala gana y antes de salir Karina le guiñó un ojo provocando que Winter se pusiera roja y saliera rápido del local.


-----

Estoy editando la historia, pq nadie me dijo que tenía muchos errores? jaja

¿Serías mi nada? - WinrinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora