CHAPTER 25

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Al día siguiente Minjeong se levantó de buen humor, tanto así que decidió ignorar cualquier dolor y pensamientos negativos que pudiera tener. Tenía tan grabado el aroma y los labios de Jimin que todavía se sentía en una nube, todo era tan hermoso cuando estaba con ella que se olvidaba del mundo y solo quería esforzarse aún más por ella, quería darle todo a quien más amaba.

Esa mañana decidió hacer el desayuno y comer junto a su hermana pequeña ya que hacía tiempo que no compartía con ella y la pequeña le echaba de menos. La mente de Minjeong seguía en aquel momento con Yoo Jimin y en lo increíble que era, tenía tantas ganas de gritar que la amaba y que era su todo. Minjeong se conformaba con tan poco pero estaba decidida a dar todo y más por Karina.

Luego del desayuno le anunció a su madre que saldría pero esta la ignoró como ha hecho desde que le contó sobre su orientación sexual así que simplemente salió de ahí sin cambiar de humor, estaba siendo un hermoso día y todo era gracias a quien consideraba el amor de su vida. Decidió que iría a casa de Aeri aunque no le había dicho nada pero quería hacerle saber lo que para ella era un avance con "su chica". Su corazón iba rápido y se sentía bien, se sentía bien si ignoraba todo lo que su mente tenía para decirle pues claramente Kim Minjeong no merecía menos, no merecía sufrir, no merecía llorar por nadie pero ahí estaba ella amando a quien no daría nada por ella.

Cuando estuvo frente a la puerta de la casa de su mejor amiga, tocó dos veces y esperó ahí pacientemente con una hermosa sonrisa en sus labios. La puerta se abrió y dejó ver a la madre de Aeri con su típico carisma el cual aumentó cuando vió a quien consideraba su segunda hija.

-Minjeong, querida, pasa. -Le dió un reconfortante abrazo a la menor y luego se apartó para dejarla entrar.

-Muchas gracias, ¿Como se encuentra? -El tono de Minjeong era animado y lleno de entusiasmo, algo que había perdido pero que recuperó por un momento gracias a Yoo Jimin.

-Yo estoy muy bien, cariño. Aeri me contó que no has estado muy bien y por eso no has podido venir. -Habló suavemente mientras acariciaba la espalda de la menor con mucho cariño. -Disculpa que me meta pero sabes que Aeri no me esconde nada y que eres mi otra hija así que estoy preocupada por ti. -Minjeong asintió despacio con una pequeña sonrisa.

-Muchas gracias por preocuparse por mi, no me molesta. -Fue honesta porque sabía que la señora también lo era.

-Y si me permites, te veo delgada, debes pasar el día aquí y yo te haré mucha comida deliciosa. -Aplaudió con ánimos y comenzó a ir hasta la cocina, Minjeong la siguió.-Puedes ir a despertar a Aeri, yo me encargo de todo.

-¿Segura?

-Si, cariño, ve. -La dulce voz de la señora Uchinaga le hacía sentirse en casa.

Caminó hasta la puerta de su mejor amiga y entró sin tocar encontrandose a la mayor acostada en su cama y no se le ocurrió mejor idea que cerrar la puerta y acostarse sobre su mejor amiga teniendo solo una sabana que las separaba.

-Aeri... -Con su dedo pinchó suavemente su mejilla y vió como su amiga sonreía. -Aeri, despierta. -Le apretó suavemente ambas mejillas a lo cual Giselle la tomó de la cintura.

-Buenos días, amor. -Apretó la cintura de Minjeong y esta se separó de golpe para luego pegarle en la frente. -Auch, ¿Qué te pasa, idiota? ¿Minjeong? -Se aferró a las sábanas estando completamente roja.

-Si, estúpida, no soy tu novia. -Dijo sacudiéndose como si tuviese hormigas encima hasta que notó la mirada de la mayor. -¿Qué? -Minjeong analizó la situación y se dió cuenta del por qué del sonrojo de su amiga; estaba desnuda. -Oh, por Dios. ¡Qué asco!

-Yo no fuí la que se metió en la cama de su mejor amiga. Si tanto me deseas, dilo. -Se sentó en la cama mientras se cubría con las sábanas y la menor le arrojó un sueter para que se lo pusiera.

-Esto me pasa por querer ser amable contigo y despertarte con cariño. -Dijo con fastidio y cuando vió que su amiga ya tenía el sueter, se sentó en el borde de la cama.

-¿Tú y cariño en la misma expresión? Imposible a menos que sea cierta persona. -Su tono aun tenía molestia y se intensificó al recordar a Jimin.

-Pues... -Minjeong comenzó a jugar con sus dedos.

-Espera, enana, ¿Por qué estás de humor? -La miró de arriba a bajo y luego entrecerró los ojos. -¿Qué hizo la estúpida de Yoo?

-No le digas así y cálmate, no pasó nada malo.

-¿No pasó nda malo? Entonces no es la Yoo que conocemos. -Minjeong puso los ojos en blanco y le pegó en lo que supuso era su pierna.

-Fué muy linda conmigo, esa chica es hermosa, Aeri. ¡Me besó! -Se acostó boca arriba y suspiró como tonto enamorado. -Me besó y dijo que me ama, dijo que soy lo mejor de su vida y me mantuvo abrazada a ella, es increíble... La amo tanto. -No pudo seguir hablando porque tenía a Aeri sobre ella tapándole el rostro con una almohada.

-Veamos si cuando pierdas oxígeno logras recapacitar. -Dijo mientras Minjeong intentaba quitársela de encima. La puerta se abrió así que quitó la almohada pero seguían en una inexplicable posición.

-Niñas, ¿Prefieren jugo o refresco? Oh, por Dios, ¡Aeri! -La señora rápidamente se tapó los ojos al ver a su hija semi desnuda sobre la pequeña Minjeong y lo colorada que tenían ambas el rostro no dejaba mucho a la imaginación de quien no supiera que Giselle estaba roja de rabia y Minjeong por falta de oxígeno. -Por favor, ponte ropa y salgan que ya casi está lista comida. -Sin más, abandonó la habitación.

-¿Estás loca? -Gritó la menor mientras se quitaba a su amiga de encima. -Me estabas asfixiando y encima tu madre cree que íbamos a hacerlo.

-Para empezar, es tu culpa por decir estupideces y en segundo lugar... -Analizó a la menor. -No te vendría mal tener sexo. -Minjeong le tiró la almohada en la cabeza.

-Callate y vístete, vas a explicarle a tu mamá que no tenemos nada. -Estaba algo molesta pero luego vió la situación tan extraña en la que estaban y ambas rieron.

-De no ser por los años de amistad esto sería mortalmente incómodo. -Se vistió y ambas salieron de la habitación.

Tras explicarle a la señora Uchinaga que no había pasado nada hormonal y que su hija intentó asfixiar a Minjeong, la señora le dió manotones a Aeri para que le pidiera disculpas a la menor y luego de eso pudieron comer tranquilas.

Ese día Minjeong lo pasó con ellas dos y a decir verdad, se sintió bastante grato, lo necesitaba y estaba teniendo justo eso. Se sentía como una familia solo con ellas dos haciéndole reír entre cuentos y juegos llenos de comida y diversión entre chicas.

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Hi, guysss, ¿Cómo les va? ¿Les está gustando?
Hago este capitulo para que respiren hondo y se preparen para lo que viene. Muchas gracias por leer y por todo su apoyo.

Xoxo.

¿Serías mi nada? - WinrinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora