Un golpe seco sonó en toda la sala de estar de la casa de los Yoo y ahí estaba Jimin con sus manos acariciándose la mejilla afectada mientras sentía que lágrimas de rabia amenazaban con escapar de sus ojos.
-¡Explícame por qué hiciste tal estupidez! -Le gritó su padrastro a la pelinegra y la tomó del cuello. -¿Por qué terminaste con él? No sabes lo que acabas de hacer, nos estás avergonzando. -Otro impacto pero esta vez fue en la boca de su estómago provocando que se retorciera de dolor.
-Sueltame... -Logró pronunciar mientras intentaba soltarse de su agarre y cuando lo logró, recibió otro impacto en el rostro. Lo miró con odio y el hombre hecho furia se arremangó las mangas de su perfecta camisa de vestir blanca.
-¿Por qué tienes que arruinar todo? ¿Por qué no puedes simplemente obedecer y ser un niña buena? -Se arregló el cabello y respiró hondo. -Te pedimos que no lo estropearas porque había un negocio importante de por medio, ¿Y qué es lo que haces? Arruinarlo. -Se acercó decidido y comenzó a golpear en la espalda y estómago. Cuando Karina quedó en el suelo, le dió patadas en el estómago y se acercó para tomarla del cabello con fuerza. -No sirves para nada. -La soltó.
El hombre abandonó el lugar y Jimin como pudo entre su llanto y dolor se hizo bolita mientras escupía sangre y sentía su cuerpo morir de dolor, sin embargo, ya estaba acostumbrada a sentirse así. Luego de media hora se puso de pie y se fué directo a su baño para tratarse las heridas y bañarse.
Karina no quería estar así, de hecho, su única intención era hacer algo bien por primera vez, quería seguir lo que su corazón y mente le decían, quería lo que tanto anhelaba y esa era Kim Minjeong pero lamentablemente para ella eso se veía cada vez más lejano y se sentía realmente mal. Su intención era decirle con emoción a Minjeong que había terminado con ese chico pero no se sentía capaz de pronunciar aquellas palabras después de lo que acababa de vivir. Quería simplemente desaparecer. Se preguntaba por cuánto tiempo más sería una cobarde porque no tenía el valor de para vivir pero tampoco para morir.
Después de su baño, se vistió con la ropa que su madre había elegido para ella y se pudo maquillaje par cubrirse las marcas visibles. Sin decir nada, se fué de casa para irse a la universidad, no quería verles ni oír lo que tenían para decir. Su cuerpo le dolía por diversos motivos externos al maltrato físico, tampoco comía ni dormía bien y solo se refugiaba en su pequeña Minjeong cuando podía.
Cuando llegó a la universidad evitó hablar con cualquier persona pero ella era Yoo Jimin, la persona más social de todas, aquella alegre que siempre reunía a todos y les hacía sentirse contentos porque se esforzaba por complacer a otros. Como pudo entró al salón de clases que estaba medio vacío y suspiró sentándose con dolor, se llevó las manos a su rostro y reprimió un quejido de dolor.
No se dió cuenta de una presencia agradable hasta que sintió como la privaban de su visión pero no se asustó, sabía de quien se trataba perfectamente.
-Eres tan bajita que es fácil saber que eres tu, bebé. -Sonrió sinceramente y luego notó como podía ver de nuevo pero esta vez a una peliroja con un chocolate en la mano.
-Para ti. -Le extendió la barrita de chocolate y se acercó para besar la frente de Jimin. -Pensé que te gustaría. -Se acercó para abrazarla pero cuando iba a hacer fuerza en el abrazo producto de la emoción, Karina se apartó quejándose de dolor. -Rina, ¿Qué... -No pudo terminar de hablar porque los ojos de la mayor suplicaban que no lo hiciera así que asintió y se apartó. -¿Te traigo algo más? -Preguntó intentando sonreír.
-¿Puedes dejarme tranquila? Quiero estar sola... -Eso Minjeong nunca lo vió venir. Sabía lo cambiante que era Jimin pero nunca le había hablado así.
-Lo siento, ¿Hice algo mal? ¿Puedo traerte algo? -Se sentía nerviosa y quería llorar, su corazón iba a mil.
-Minjeong, no quiero nada, ¿Puedes entenderlo? -Sus ojos se llenaron de lágrimas al hablarle así a la menor cuando solo quería abrazarla.
-¿Hay algún problema? Solo soy atenta contigo porque me impor-
-Ese es el problema. -Minjeong la miró confundida. -Eres demasiado atenta y no quiero eso. -Si algo quedaba dentro de Minjeong, se rompió justo en ese instante, sin embargo, dejó la barrita de chocolate junto a una botellita de agua en la mesa de la mayor y sonrió.
-Ten un buen día, bebé. -Dejó un beso en su frente y se marchó sintiendo todo su ser hecho trizas, ya no podía seguir.
Karina se tapó los ojos comenzando a llorar en silencio. No quiso hablarle así, no quiso ser dura con Minjeong pero se sentía cansada, agobiada y ya no sabía que hacer. Antes recibía menos palizas por parte de su familia pero desde que Minjeong llegó, no puede simplemente quedarse tranquila y ahí seguía la enorme diferencia porque mientras ella prefería renunciar a todo, Minjeong daría todo por ella.
Ambas estaban destrozadas y no sabían qué más podían hacer. Simplemente la vida no estaba siendo justa con ninguna de las dos y eso en verdad era una tortura. Ninguna se sentía bien e individualmente preferían ya no estar.
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¿Serías mi nada? - Winrina
FanficEl amor puede ser el sentimiento más hermoso que el ser humano pueda sentir nunca. Estar enamorado es algo mágico e inexplicable. Muchas veces el amor triunfa y otras veces las acciones hacen que ese amor se transforme en dolor y en vez de estar ll...