—Pasame la espátula que está enseguida de tí— dijo Max a Sergio mientras estaba concentrado en el mural. Era viernes por la tarde y se sentía el clima helado.
Sergio acompañaba a su querido Max ahora solo ya que la pequeña Carlota había viajado a casa de sus abuelos. Ya había pasado un mes de su cumpleaños y de las fiestas de navidad y año nuevo. Fue mágico para la pequeña ya que en las tres festividades estuvo llena de felicidad -regalos obviamente- y la compañía de sus tíos y ahora más nuevos tíos que eran los amigos del novio de su papá. Poco a poco la idea de su misterioso otro padre Lewis salió de su cabeza aunque recibió regalos también de una persona misteriosa ya que no tenían tarjeta.
Sergio sabía de quién eran esos regalos, había llegado a un acuerdo con lewis sobre el mantenerse alejado de su vida y la de su hija ya que no se había interesado en lo más mínimo en lo largo de los años, Lewis acepto pero quiso darle por lo menos algo para compensarlo. Eso no significaba que Sergio tuviera sentimientos encontrados sobre el privar a su hija de conocer a su padre biológico y Max notaba cierta tristeza en Sergio.
—¿Estás listo para el viaje de mañana?— le pregunto Max sacando de su trance al pecoso.
—si, ya necesitaba unas vacaciones y no quiero ser un mal padre pero fue perfecto que mis papás accedieran a tener a Carlotita unos días con ellos— dijo Sergio mientras bostezaba ya que tenía sueño.
Mentira no era que merecían unas vacaciones, el año sin duda había sido demaciado duro y lleno de trabajo por parte de ambos. Pasaban tiempo juntos aprovechando cada oportunidad al igual que incluyendo a la pequeña en actividades, se podría decir que ya eran una pequeña familia. Max se había encariñado con la pequeña y Carlota empezaba a ver a Max como un padre también. Pérez no tenía en mente la sorpresa que le tenía preparada su amado novio.
—¿Ya casi terminas? Estoy muy cansado amor— dijo Sergio haciendo un pequeño puchero. Eran esos días del mes que andaba más meloso.
—Ya termine, ya vámonos— respondió Max, amaba cuando su novio se comportaba así, era tan adorable que lo atacaría a besos ahí mismo. Pero ahora se limito solamente a darle la mano.
—Cargame Maxie.
—Estas muy pesado amor.
—De caballito.
Max suspiro y cargo a su novio, realmente haría cualquier cosa por el y se veía agotado, sumando que lo espero y ayudo cuando su jornada laboral había terminado. Fueron riendo como si dos adolescentes enamorados por primera vez fueran hasta el carro de Max. George se había encargado de llevarse el carro de Sergio con tal de que tomara unas vacaciones con su amado. Sergio realmente estaba agradecido con George y Carmen.
Llegaron al departamento de Max y después de un lindo rato lleno de risas, platicas y besos ambos prepararon la cena. Sergio había progresado demasiado en el ámbito culinario y era algo que Carlota indirectamente agradecía. Las maletas ya estaban organizadas y gracias a Sergio, Max había aprendido a ser más organizado; ambos habían aprendido grandes cosas del otro.
Después de haber cenado se dispusieron a dormir ya que mañana les esperaba un magnífico fin de semana en un bello bosque que en temporada invernal; era perfecto ya que lo adornaba la blanca nieve.
—Despierta mi príncipe dormilón— dijo Max mientras le daba tiernos besos en la cara a un dormido Sergio.
—N-mm Maxie, déjame dormir— contesto Sergio en voz baja aún con los ojos cerrados.
—Despierta ya, se nos va a hacer tarde— dijo el rubio dándole un almohadazo haciendo que el pecoso se despertara de golpe y lo jalara hacia el mientras Max reía por su ocurrencia.
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Paint (Chestappen) M-preg
Fanfiction(M-Preg) Tal vez ambos estábamos un poco grises y necesitábamos un poco de color