CAPÍTULO 22. EL DUELO

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Una semana más tarde, Harry, Sky, Ron y Hermione cruzaban el vestíbulo cuando vieron a un puñado de gente que se encontraba delante del tablón de anuncios.

—¡Van a abrir un club de duelo! —dijo Seamus— ¡La primera sesión será esta noche! No me importaría recibir unas clases de duelo, podrían ser útiles en estos días…

—¿Por qué? ¿Acaso piensas que se va a batir el monstruo de Slytherin? —preguntó Ron.

—¡Qué emoción! Amo los duelos —chilló Sky emocionada, cuando estaba con sus primos y su tío, hacían duelos de práctica— ¿Vamos?

Harry, Ron y Hermione se mostraron completamente a favor, así que aquella noche, a las ocho, se dirigieron deprisa al Gran Comedor. Había una tarima dorada, iluminada por miles de velas que flotaban en el aire.

—Me pregunto quién nos enseñará —dijo Hermione, mientras se internaban en la multitud.

—Alguien me ha dicho que Flitwick fue campeón de duelo cuando era joven, quizá sea él —dijo Sky emocionada.

—Con tal de que no sea… —Harry empezó una frase que terminó en un gemido, por parte de Sky y Ron también: Gilderoy Lockhart se encaminaba a la tarima, acompañado con nada menos que Snape.

—¡Vengan aquí, acérquense! ¿Me ve todo el mundo? ¿Me oyen todos? ¡Estupendo! El profesor Dumbledore me ha concedido permiso para abrir este modesto club de duelo, con la intención de prepararlos a todos ustedes por si algún día necesitan defenderse tal como me ha pasado a mí en incontables ocasiones. Permítanme que les presente a mi ayudante, el profesor Snape —dijo Lockhart.

—Él dice que sabe un poquito sobre el arte de batirse, y ha accedido desinteresadamente a ayudarme en una pequeña demostración antes de empezar. Pero no quiero que se preocupen los más jóvenes: no se quedarán  sin profesor de Pociones después de esta demostración, ¡no teman!

—¿No estaría bien que se mataran el uno al otro? —susurró Ron a Harry al oído.

Sky volteo a ver a Snape y el hizo contacto con ella, con solo una mirada ella le dijo, acaba con él. Snape asintió y luego, ellos hicieron una reverencia. Luego alzaron sus varitas mágicas frente a ellos.

—Como ven, sostenemos nuestras varitas en la posición de combate convencional —explicó Lockhart a la silenciosa multitud— Cuando cuente tres, haremos nuestro primer hechizo. Pero claro está que ninguno de los dos tiene intención de matar.

—Yo no estaría tan seguro —susurró Harry, viendo a Snape enseñar los dientes.

—Yo apuesto por Snape… —susurró Sky a los gemelos, que estaban detrás de ella.

—¡No es justo Rubia! No hay a quien irle más que a él —le contestó Fred revolviendo su cabello, ella rió.

—Una…, dos… y tres.

Ambos alzaron las varitas y Snape gritó:

—¡Expelliarmus! Resplandeció un destello de luz roja, y Lockhart despegó en  el aire, voló hacia atrás, pegó contra el muro y cayó hasta quedar tendido en el suelo.

Hermione se puso de puntillas.

—¿Creen que estará bien? —chilló por entre los dedos con que se tapaba la cara.

—¿A quién le preocupa? —dijeron Harry, Sky y Ron al mismo tiempo.

Lockhart se puso de pie con esfuerzo.

—¡Bueno, ya lo han visto! —dijo, tambaleándose al volver a la tarima, mientras Sky reía junto con los gemelos—  Eso ha sido un encantamiento de desarme; como pueden ver, he perdido la varita… ¡Ah, gracias, señorita Brown!

Sky Swift y la Cámara de los Secretos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora