Un nuevo año juntos, más aventuras, más problemas, algunos secretos y tal vez algunos sentimos flotando...
La historia le pertenecen a J.K Rowling, solo algunas partes son mías y el personaje de Sky.
—¿Un cumpleaños de muerte? —dijo Hermione entusiasmada, cuando Harry y Sky se habían reunido con ella y Ron en la sala común— Estoy segura de que hay muy poca gente que pueda presumir de haber estado en una fiesta como ésta. ¡Será fascinante!
—No creo que sea muy divertido Her, pero no podíamos decirle que no, nos ayudó —dijo Sky poniendo una cara de que no le agradaba la idea, mientras se sentaba con Ron a ayudarlo con sus deberes.
—¿Para qué quiere uno celebrar el día en que ha muerto? —dijo Ron de mal humor— Me suena a aburrimiento mortal.
Cuando llegó Halloween, Harry y Sky ya estaban arrepentidos de haberse comprometido a ir a la fiesta de cumpleaños de muerte.
El resto del colegio estaba preparando la fiesta de Halloween. Todo un espectáculo iba a tener lugar en el Gran Comedor.
—Lo prometido es deuda —recordó Hermione a los dos— Y ustedes le prometieron ir a su fiesta de cumpleaños de muerte.
Así que a las siete en punto, Sky, Harry, Ron y Hermione atravesaron el Gran Comedor,y dirigieron sus pasos hacia las mazmorras.
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La temperatura descendía a cada paso que daban. Al doblar una esquina del pasadizo, encontraron a Nick Casi Decapitado ante una puerta con colgaduras negras.
—Queridos amigos —dijo con profunda tristeza— bienvenidos, bienvenidos… Les agradezco que hayan venido…
La mazmorra estaba llena de cientos de personas transparentes, bailando el vals al son de las treinta sierras de una orquesta instalada sobre un escenario. Del techo colgaba una lámpara que daba una luz azul y al respirar les salía humo de la boca.
—¿Damos una vuelta? —propuso Harry, con la intención de calentar los pies.
—Cuidado no vayas a atravesar a nadie —advirtió Ron, algo nervioso, Sky venía agarrada de su brazo. Todos Los fantasmas de Hogwarts estaban ahí.
—Oh, no —dijo Hermione, parándose de repente y jalando a Sky del brazo repetidamente— Volvamos, volvamos, no queremos hablar con Myrtle la Llorona.
—Ronda siempre los lavabos de chicas del segundo piso —dijo Sky mientras la veía con la mirada, no le caía mal pero era muy dramática.
—¿Los lavabos?
—Sí. No los hemos podido utilizar en todo el curso porque siempre le dan tales llantos que lo deja todo inundado. De todas maneras, nunca entramos en ellos si podemos evitarlo, es horroroso ir al servicio mientras la oyes llorar.
—Pobre seguro tuvo una muerte difi…
—¡Mira, comida! —dijo Ron.
Al otro lado de la mazmorra había una mesa larga, con unas preciosas fuentes de plata, había unos pescados grandes y podridos; los pasteles, completamente quemados.
