CAPÍTULO 24. EL DIARIO

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Hermione pasó varias semanas en la enfermería. Corrieron rumores sobre su desaparición cuando el resto del colegio regresó a Hogwarts al final de las vacaciones de Navidad, porque naturalmente todos creyeron que la habían atacado.

—Si a mí me hubieran salido bigotes de gato, aprovecharía para descansar —le dijo Ron una noche, dejando un montón de libros en la mesita que tenía junto a la cama.

—No seas tonto, Ron, tengo que mantenerme al día —replicó Hermione rotundamente— ¿Tienen alguna pista nueva?.

—Nada —dijo Sky y Harry al mismo tiempo, se quedaron viendo y se rieron, pero Hermione notó ese brillo en los ojos de Harry.

—Estaba tan convencido de que era Malfoy… —dijo Ron por centésima vez.

—¿Qué es eso? —preguntó Harry, señalando algo dorado que sobresalía debajo de la almohada de Hermione.

—Nada, una tarjeta para desearme que me ponga bien —dijo Hermione a toda prisa, intentando esconderla, pero Ron fue más rápido que ella.

La sacó, la abrió y leyó en voz alta:

“A la señorita Granger, deseándole que se recupere muy pronto, de su preocupado profesor Gilderoy Lockhart, Caballero de tercera clase de la Orden de Merlín, Miembro Honorario de la Liga para la Defensa Contra las Fuerzas Oscuras y cinco veces ganador del Premio a la Sonrisa más Encantadora, otorgado por la revista «Corazón de Bruja»”.

—¿Duermes con esto debajo de la almohada? —preguntó Ron con disgusto, Sky tenía una sonrisa grande y Harry tenía cara de asco.

Pero Hermione no necesitó responder, porque la señora Pomfrey llegó con la medicina de la noche. Antes de que saliera Harry, Hermione lo llamó.

—Espera Harry, necesito preguntarte algo…

Harry regresó a la cama de Hermione, Sky y Ron habían salido sin darse cuenta de esto.

—¿Qué pasó Hermione? ¿Todo bien? —le preguntó Harry curioso.

—Bueno… he visto como miras a Sky… ¿te gusta? —le preguntó Hermione.

Harry se quedó en shock, no esperaba esa pregunta, ¿Gustarle Sky?...

—No —respondió inmediatamente, aunque sabía que no era verdad.

—¡Ay Harry! Espero que te des cuenta a tiempo, aún somos jóvenes, buenas noches Harry.

Harry salió corriendo, se encontró en un corredor a Sky y Ron parados escuchando en una esquina, la voz de Filch…

—… aún más trabajo para mí. ¡Fregar toda la noche, como si no tuviera otra cosa que hacer! No, ésta es la gota que colma el vaso, voy a ver a Dumbledore.

Buscaron lo que había motivado los gritos de Filch. Un charco grande de agua cubría la mitad del corredor, y parecía que continuaba saliendo agua de debajo de la puerta de los baños de Myrtle la Llorona, oyendo su llanto.

—¿Qué le pasará ahora? —preguntó Ron a Sky.

—Vamos a ver —propuso Harry, los dos saltaron ante su presencia, pero lo siguieron.

—¿Qué pasa, Myrtle? —preguntó Sky suavemente.

—¿Sky? —preguntó Myrtle, con emoción y tristeza a la vez, esa chica le caía bien, platicaba con ella— ¡Ah! Vienes con esos chicos… ¿Ustedes vienen también a arrojarme alguna otra cosa?

—¿Por qué tendría que hacerlo? —preguntó Harry.

—No sé —gritó Myrtle— Aquí estoy, intentando sobrellevar mis propios problemas, y todavía hay quien piensa que es divertido arrojarme un libro…

Sky Swift y la Cámara de los Secretos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora