CAPÍTULO 33. LA RECOMPENSA.

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Hubo un momento de silencio cuando Harry, Sky, Ron, Ginny y Lockhart aparecieron en la puerta, llenos de barro, suciedad y sangre.

Luego alguien gritó:

—¡Ginny! Era la señora Weasley, que estaba llorando delante de la chimenea.

—¡Mi pequeña estrella! —dijo el tío de Sky, quien la levantó y la abrazo.

Sin apenas darse cuenta, Harry y Ron se encontraron atrapados en el abrazo de la señora Weasley.

—¡Las han salvado! ¡Las han salvado! ¿Cómo lo hicieron?

—Creo que a todos nos encantaría enterarnos —dijo la profesora McGonagall.

Harry empezó a contarlo todo. Habló durante casi un cuarto de hora, mientras los demás lo escuchaban absortos y en silencio.

—Muy bien —señaló la profesora McGonagall— así que averiguaron dónde estaba la entrada, quebrantando un centenar de normas, añadiría yo. Pero ¿cómo demonios conseguiste salir con vida, Potter?

—Lo que más me intriga —dijo Dumbledore— es cómo se las arregló lord Voldemort para embrujar a Ginny.

—¿Qué… qué? —preguntó el señor Weasley.

—Fue el diario —dijo Harry cogiéndolo y enseñándoselo a Dumbledore.

—Soberbio —dijo con suavidad— Por supuesto, él ha sido probablemente el alumno más inteligente que ha tenido nunca Hogwarts.

—Pero Ginny —dijo la señora Weasley— ¿Qué tiene que ver nuestra Ginny con él?

—¡Su… su diario! —dijo Ginny— He estado escribiendo en él, y me ha estado contestando durante todo el curso…

—¡Ginny! —exclamó su padre— ¿No te he enseñado una cosa? ¿Qué te he dicho siempre?

—No…, no lo sabía —sollozó Ginny.

—Yo quisiera saber donde entra mi sobrina en todo esto… —dijo Will, el tio de Sky.

—Fue la única que noto que algo estaba pasando y al final, le conté todo pero él me obligó a atacarla y así, acabamos las dos en la Cámara. Ella también me salvó.

—La señorita Weasley y la señorita Swift deberían ir directamente a la enfermería —dijo  Dumbledore— Ha sido una experiencia terrible.

Ellas salieron, y se quedó Harry y Ron con Dumbledore, antes de llegar a la enfermería, estaba Snape parado en una columna. Will le dijo a los Weasley que se adelantarán y ellos irían en seguida. Cuando ya no estaban, Snape se acercó corriendo a abrazar a Sky.

—Mi pequeña flor, estaba tan preocupado, no quería perderte. ¿Estás bien? —dijo mientras la examinaba.

—Estoy bien… solo que… bueno creo que descubrió mis poderes… —dijo Sky asustada.

—Oh pequeña flor, te protegeremos.

Hogwarts había vuelto a la normalidad, con sólo unas pequeñas diferencias: las clases de Defensa Contra las Artes Oscuras se habían suspendido y Lucius Malfoy había sido expulsado del consejo escolar.

Muy pronto llegó el momento de volver a casa en el expreso de Hogwarts.

Harry, Sky, Ron, Hermione, Fred, George y Ginny tuvieron todo un compartimento para ellos. Aprovecharon al máximo las últimas horas , jugaron a los naipes explosivos, encendieron las últimas bengalas y jugaron a desarmarse unos a otros mediante la magia.


Estaban llegando a King’s Cross cuando Harry recordó algo.

—Ginny…, ¿qué es lo que le viste hacer a Percy, que no quería que se lo dijeras a nadie?

—¡Ah, eso! —dijo Ginny— Bueno, es que Percy tiene novia.

—¡Se los dije! ¡Gane! ¡Gane! Paguenme —dijo Sky hacia los gemelos.

—¿Qué? —dijeron al mismo tiempo.

—Es esa prefecta de Ravenclaw, Penelope Clearwater —dijo Ginny—. Es a ella a quien estuvo escribiendo todo el verano pasado. Se han estado viendo en secreto por todo el colegio. Un día los descubrí besándose en un aula vacía. Le afectó mucho cuando ella fue…, ya saben…, atacada. No se reirán  de él, ¿verdad? —añadió.

—Ni se me pasaría por la cabeza —dijo Fred.

—Por supuesto que no —corroboró George con una risita.

El expreso de Hogwarts aminoró la marcha y al final se se detuvo. Harry sacó la pluma y un trozo de pergamino y se volvió a Sky, Ron y Hermione.

—Esto es lo que se llama un número de teléfono —dijo Harry— Tu padre ya sabe cómo se usa el teléfono, porque el verano pasado se lo expliqué. Llámenme a casa de los Dursley, ¿vale? No podría aguantar otros dos meses sin hablar con nadie más que con Dudley…

—Pero tus tíos estarán muy orgullosos de ti, ¿no? —dijo Hermione cuando salían del tren.

—¿Orgullosos? —dijo Harry— ¿Estás loca? ¿Con todas las oportunidades que tuve de morir,.y no lo logré? Estarán furiosos…

—Ahora estas vacaciones si podremos vernos, Rayito, gracias por salvarme. Te quiero —dijo Sky mientras le daba un beso en el cachete, Harry sonrió y vio a Hermione con una sonrisa, los dos lo sabían… A Harry le gustaba Sky.

Y juntos atravesaron la verja hacia el mundo muggle.

Sky Swift y la Cámara de los Secretos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora