Club de duelo

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POV Alya

Una mañana, el tablón de anuncios de la casa Slytherin estaba rodeado de alumnos. Casi nadie veía ese tablón a menos que se tratara de una nueva contraseña, pero la contraseña actual tenía solo dos días y nadie se emocionaría por algo una cosa de ese estilo, así que no podría ser eso. Con curiosidad me acerqué, pero con los alumnos tan entusiastas no logré ver el anunció correcto.

-Vaya, hasta que este colegio hace algo interesante- habló Flint-. Me pregunto quién estará a cargo, ¿tal vez Flitwick?

"¿De qué estará hablando?"

-Será divertido si puedo lanzarle maleficios a algunos sangre sucia- escuché a Malfoy.

"Sí claro, como si los profesores permitieran eso... al menos no en su presencia"

-Señorita Blythe, ¿está emocionada? - me habló la pequeña Astoria.

"Podría estarlo si supiera de qué se trata todo esto"

-Me temo que no sé qué esta causando esta conmoción

-Parece que se llevará a cabo un club de duelo esta noche- habló Daphne.

"Oooh... ¡Eso suena genial!"

-Qué interesante... no me molestaría ir.

"Será divertido hechizar a Malfoy en un combate justo"

A las ocho de la noche el Gran Comedor estaba repleto de alumnos. Las grandes mesas de comedor habían desaparecido, y adosada a lo largo de una de las paredes había una tarima dorada, iluminada por miles de velas que flotaban en el aire. El techo volvía a ser negro, y la mayor parte de los alumnos parecían haberse reunido debajo de él, portando sus varitas mágicas y aparentemente entusiasmados.

-Casi toda la escuela vino- dijo una emocionada Astoria.

-A la mayoría de los magos les llama la atención los duelos, por eso hay varios torneo- habló con su tono tranquilo Daphne.

-Eso era verdad, el profesor Flitwick ganó varios- comenté.

Con la mirada empecé a buscar al pequeño profesor de encantamientos, pero con tantos alumnos mucho más grandes que él parecía imposible. Decidí mejor intentar ubicar al trio de Gryffindors para sacarles plática. Sin embargo, una presencia más vistosa se llevó mi atención.

Gilderoy Lockhart se encaminaba a la tarima, resplandeciente en su túnica color ciruela oscuro, y lo acompañaba nada menos que Snape, con su usual túnica negra. Lockhart rogó silencio con un gesto del brazo.

-¡Vengan aquí, acérquense! ¿Me ve todo el mundo? ¿Me oyen todos? ¡Estupendo! El profesor Dumbledore me ha concedido permiso para abrir este modesto club de duelo, con la intención de prepararlos a todos ustedes por si algún día necesitan defenderse tal como me ha pasado a mí en incontables ocasiones (para más detalles, consultad mis obras).

"Ajá, sí, cómo no. Si la forma en que da clases es como realmente se desenvuelve en el campo de batalla mejor me retiro"

-Permítanme que les presente a mi ayudante, el profesor Snape -dijo Lockhart, con una amplia sonrisa-. Él dice que sabe un poquito sobre el arte de batirse, y ha accedido desinteresadamente a ayudarme en una pequeña demostración antes de empezar. Pero no quiero que se preocupen los más jóvenes: no se quedaran sin profesor de Pociones después de esta demostración, ¡no teman!

"Lockhart es bastante estúpido para no notar el peligro en el que se está metiendo. Snape ya lo está matando con la mirada"

Lockhart y Snape se encararon y se hicieron una reverencia. O, por lo menos, la hizo Lockhart, con mucha floritura de la mano, mientras Snape movía la cabeza de mal humor. Luego alzaron sus varitas mágicas frente a ellos, como si fueran espadas.

Alya Blythe y la cámara secretaWhere stories live. Discover now