𝑪𝒂𝒑í𝒕𝒖𝒍𝒐 1

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Un cálido ambiente se sentía hoy. Claro, era el primer día de clases.

Entré a la preparatoria Karasuno. Vivía en la Prefectura de Miyagi, un lugar lleno de grandes campos naturales y calles formadas encima de grandes montañas. En estas épocas del año se podía apreciar la belleza del lugar. Estoy bastante agradecida de haber nacido aquí. No soy una chica de ciudad, con todos esos ruidos fuertes y torres que tapan la vista de cualquiera.

No me emociona mucho el tener que ir a clases. La verdad es que me gusta la idea de conocer gente nueva, soy muy sociable, pero...

— Clase.. 1-4? — quedé paralizada al recibir mis aulas y horarios una semana antes de clases. Es decir, no es que sea estúpida pero, tampoco es que sea tan inteligente.

En ese instante supe que sería un largo año, sobre todo porque soy consiente de que debo esforzarme lo más que pueda para sobrevivir en esa clase. Lo bueno es que mis padres se emocionaron más que yo. Mi hermano iba en su último año de secundaria y ellos quieren que siga los grandes pasos de su hermana mayor. Lo que no saben es que, debió ser pura suerte.

Suerte...

Al menos espero encontrar personas amigables ahí. Un grupo de amigos con quienes compartir los apuntes no estaría mal. O tener una amiga de aquí hasta mi último año, sí, eso sería lindo.

Extraño mucho a Kaori.

Ella fue como una hermana para mí, la conozco desde que tengo memoria. Su casa estaba justo frente a la mía y siempre nos juntábamos para jugar. Su padre era medio hermano de la madrastra de mi madre, así que siempre nos consideramos primas lejanas. Recuerdo que cuando éramos pequeñas nos gustaba jugar a la familia, nos turnábamos para ver quién era el papá y quien la mamá, usábamos un muñeco bebé todo marcado con pluma en la cara y cabello recortado con tijeras para que sea nuestro hijo. Algo curioso es que un día jugando a la familia, nos escondimos en el armario de mi madre y nos dimos un inocente pico. No nos malinterpreten, éramos niñas. Y los niños suelen copiar todo lo que ven de los adultos. Es un recuerdo muy inocente que jamás se me olvidará, aunque no creo que se considere como mi primer beso. Mi madre nos encontró y la sacó de la casa, estaba furiosa, pero después de todo, solo era un juego. Eran otros tiempos claro, y el que te guste alguien de tu mismo sexo era un tema muy criticado en ese entonces. 

Lamentablemente ella se tuvo que mudar a Tokio con su familia por trabajo de su padre. Hablamos por mensaje casi todos los días, hace unas semanas me contó que entró a la preparatoria Nekoma. Estaba muy emocionada por conocer todo sobre esa gran ciudad, por  supuesto le pido foto de absolutamente todo lo que vea.

 — Ume, no te olvides de tu comida... 

Kaori me contó que tuvo un recorrido por Nekoma hace una semana para que los nuevos alumnos sean introducidos a todos los rincones de la preparatoria. Ella siempre fue una chica muy...¿Cómo decirlo? Una chica de ojo alegre. Así es como me gustaba llamarla, solo para no decir que se enamoraba de todos los que veía. Obviamente no faltó su comentario contándome que todos los chicos guapos del mundos se encontraban estudiando en esa preparatoria. 

— ¿Ume???

Estoy segura de que me hará mucha falta.

— ¡SHIZUKA UME!!! — vi una mano agitándose al frente mío. Rápidamente volteé a la dirección en la que me acababan de llamar. Era mi madre. — Por dios hija, ¿en qué estás pensando? Se te hace tarde para salir.

— Perdón mamá, es que estoy un tanto nerviosa. — me levanté de la mesa en la que se encontraban platos del desayuno ya vacíos y agarré mi lonchera con la comida que me preparó mi madre. — ¿Mi padre ya se fue? — terminé de acomodarme todo el uniforme y ponerme la mochila en el hombro.

— Se está terminando de alistar. Saldrá más temprano para llevar a Kaito a clases. — agarré mis llaves y me dirigí a la puerta. Justo los antes mencionados aparecieron por el pasillo viéndome.

— Ya me voy, nos vemos más tarde. — dije abriendo la puerta para luego mirar hacia adentro de la casa.

— Mucha suerte Ume. — me dijo mi padre mientras agarraba la mochila de mi hermano y este se despedía con un movimiento de mano. Hice lo mismo, cerré la puerta y me dirigí camino a la preparatoria Karasuno.

La que será mi segunda casa por estos tres años.

La que será mi segunda casa por estos tres años

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𝐒𝐓𝐄𝐍𝐃𝐇𝐀𝐋  -𝑻𝒔𝒖𝒌𝒊𝒔𝒉𝒊𝒎𝒂 𝑲𝒆𝒊-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora