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— Sabías que las rondas de Volley no se miden por tiempo, si no por puntos?
Estaba paseando con Rin por los pasillos contándole cada detalle sobre mi aventura como ayudante de la manager.
— Jajaja, claro que sí boba. Eso lo sabe cualquiera. — me ofendí un poco ante ese comentario. —Por lo que me cuentas, Kiyoko no tardará en darte el uniforme del equipo. Debo decir que me pone algo celosa ya que yo quería que estuvieras en mi club. — Tenía razón, tendremos menos tiempo para vernos. Pero lo de ayer fue algo muy entretenido.
Kiyoko me terminó de mostrar todo el gimnasio y me enseñó su cuaderno donde apuntaba todos lo entrenamientos diarios y cómo los muchachos se desempeñaban cada día. También me dio una lista con los nombres de los libros. Luego de eso la ayudé rellenando las botellas de agua y acomodando las toallas de todos. Después estuve un buen rato observando ya que el entrenador y ella ayudaban a lanzar las pelotas para los remates. La verdad me divertí bastante, sobre todo con Hinata y Kageyama ya que paran peleando a cada rato.
—Verdad Shizuka, ¿Qué harás después de segundo receso? — Nuestra última clase de hoy fue cancelada porque el profesor de inglés no puedo asistir. Si fuese otra clase me preocuparía, pero en esta voy muy avanzada así que no pasa nada.
—Aprovecharé en ir a la biblioteca por algunos libros. — dije mientras llegábamos a nuestra aula. Saqué la lista de nombres de mi mochila y empecé a limpiar mi lugar.
— Entonces nos vemos mañana, chau Shizuka. — Rin terminó de limpiar y se fue volando a su club de baloncesto.
Agarré mis cosas y salí del salón.
...
Kiyoko tenía razón, todos los libros que me recomendó tenían máximo como 50 páginas. No eran tanto de texto, si no gráficos y definiciones. Terminé de agarrar todos y caminé por los pasillos para encontrar la mesa de lectura. Esta biblioteca era bastante agradable, se notaba que había sido remodelada hace poco y tenía un aroma a nuevo que se esparcía por cada rincón. Tampoco habían bastantes alumnos, sumándole a que era demasiado grande y que la mayoría seguía en su última clase del día. Fue el mejor momento para venir.
Encontré el lugar de lectura, habían mesas a la altura del piso y sillones acolchados para más comodidad. En el centro habían 4 grandes mesas. Habían un par de personas sentadas, pero una cabellera rubia llamó mi atención.
— Hola. — puse mis libros en la mesa y me acomodé en el asiento. El rubio no apartó la mirada de su libro ni un segundo.
— Esta biblioteca tiene 400 metros cuadrados, y vienes a sentarte aquí? — reí ante su comentario, era tan directo que ya no sabía si era muy inteligente para pensar antes de hablar o... si simplemente no lo hacía.
— Pues, si no te agrado tienes más de 20 asientos allá al frente. — no iba a moverme de ahí, un poco de compañía no viene mal. Además, Tsukishima se me hacía alguien peculiar. Algo de bueno debe de tener para que Yamaguchi sea tan cercano a él.
No obtuve respuesta.
Abrí el primer libro que tenía de portada una cancha de Volley. En este me mostraba las posiciones y nombres para cada una de ellas. Cada 5 minutos sentía que la mirada de Tsukishima se desviaba hacia mi dirección. Este cerró su libro, que curiosamente era de inglés. Seguramente no quería desperdiciar el tiempo de la clase perdida.
— ¿De verdad piensas que vas a aprender todo sobre Volleyball leyendo? — me preguntó incrédulo mientras guardaba sus cosas en su mochila.
—Claro, al menos me servirá para poder ayudarlos en los entrenamientos. — mencioné terminando de revisar el primero de los libros.
—¿Quién dijo ya eres la segunda manager? — Pensé que se iba a levantar de la mesa pero terminó de meter sus libros y se acomodó en su asiento nuevamente.
La cara que Tsukishima pone cuando trata de irritar a alguien es tan molesta.
Solo ignóralo...
—Tienes razón, solo quiero estar preparada. — en una de las página pude ver cómo describían cada posición. — Ey, ¿Hinata es el rematador del equipo verdad? — señalé una parte del libro en la que había un sujeto saltando para golpear el balón. Tsukishima miró por un segundo y se acomodó las gafas.
— No, él es bloqueador central al igual que yo.
— ¿Qué se siente que Hinata tenga la misma posición que tú teniendo la mitad de altura?... — dije mirando de reojo al rubio, este solo apartó la mirada con una expresión de molestia.
— Lo dice la que parece una ardilla con sus 1.65 — me hice la ofendida ante su comentario.
— Tienes suerte, me gusta mi estatura. Si no, no te hablaría nunca más. — Obviamente lo dije exagerando.
— Que desafortunado. — con su expresión seria de siempre sacó su celular con audífonos y se acostó en la mesa para escuchar música.
Tsukishima irritado me causaba mucha gracia. Podría acostumbrarme a molestarlo de vez en cuando.
Seguí leyendo sobre la terminología y los cambios de jugadores en los partidos hasta que sonó el timbre que indicaba el final de las clases. Hoy no me iba a presentar en el gimnasio ya que Kiyoko no iba a poder ir. Así que me quedaría ahí hasta terminar al menos la mitad de las lecturas. Por otro lado sentí como el rubio se levantaba del asiento.
— Chau — fue lo único que dijo para desaparecer entre los estantes de libros que parecían laberintos de tan largos que eran.
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